El Granate cayó 81-80 en un duelo muy parejo frente a Racing de Avellaneda, que se definió en los últimos segundos y dejó sabor amargo en el Sur.

Lanús fue protagonista durante gran parte del encuentro, imponiendo intensidad, dominio del rebote ofensivo y momentos de buen control del juego. Sin embargo, la falta de efectividad en tiros externos y algunas decisiones apresuradas le impidieron construir una diferencia más amplia en el marcador, a pesar del esfuerzo colectivo y la entrega mostrada a lo largo de la noche.
Tras un primer tiempo equilibrado, el Granate logró sostenerse al frente durante buena parte del complemento, apoyado en el goleo de Mike Henry, el trabajo incansable de Franchino y aportes importantes desde la rotación. Incluso, a falta de cuatro minutos, Lanús alcanzó una ventaja de siete puntos que parecía encaminar el cierre del partido.

En un final cargado de tensión y detalles, el equipo no pudo capitalizar sus últimas oportunidades y terminó pagando caro cada error en un desenlace ajustado. La caída deja un registro de 6-6 en la Fase Regular, pero también sensaciones de que el rendimiento mostrado permite seguir confiando en el crecimiento del grupo de cara a lo que viene. El próximo encuentro será este miércoles a las 20.30 horas frente a Rocamora en el Rotili.

