Diego Valeri, ídolo y palabra autorizada en el mundo de Lanús, recordó su etapa como futbolista del Grana. Recordó viejas anécdotas, analizó su última etapa en donde no le tocó jugar demasiado con Jorge Almirón, el título del 2007, y sobre todo su amor eterno con el club que lo vio nacer. “Me han llamado Boca, también en Independiente. Pero si volvía iba a ser solo para jugar en Lanús. Porque mi carrera estaba así, en Lanús, en Portland, en lugares donde uno se siente identificado. No me veía en otro club y no lo iba a hacer jamás”.
Si existe una persona que tiene la palabra más que autorizada en el mundo de Lanús es Diego Valeri. Surgido de la Cantera Granate, campeón en el 2007 y querido por el hincha como pocos, el Pelusa remarcó distintas etapas en el Club. Entre otras cuestiones, el ex volante de 38 años manifestó su último tiempo como futbolista en la segunda era de Jorge Almirón en la cual no le tocó jugar la cantidad de minutos que tanto él esperaba como también el público Granate. Respetuoso como siempre, señaló: “Me hubiese gustado haber jugado más, tener más minutos. Fue un Torneo muy corto en ese momento. Ahí también se le complica un poco al técnico si no te ve de la mejor manera, y los resultados encima no nos acompañaron. Fui con unas ganas tremendas, quería ponerme la camiseta de Lanús, a estar en el día a día en el predio, disfrutar cada instante que me tocara estar ahí. Y lo disfrute un montón, sobre todo con los más jóvenes que tenía el plantel con los cuales sigo teniendo una gran relación hasta el día de hoy. Y con la gente que había crecido y me había formado”. Y agregó sobre la poca continuidad que tuvo: “Entiendo que uno es justamente uno más en un plantel, y a eso fui. Intenté sumar y aportar lo mejor de mí, sentía que estaba para dar muchísimo más. Pero luego, por cómo se dieron las cosas, sentía que era el momento para dar el paso al costado y que las cosas a veces uno las imagina de una manera, pero en el futbol pueden no darse. La relación con la gente de Lanús no iba a terminarse por mi retiro. Preferí hacerlo de una manera más silenciosa, menos estorbo… Le decisión la tome porque me sentía lleno. Quise estar, moví un montón de cosas para volver en el Club”.
En otro orden, Valeri – en diálogo con Momento Granate – recordó el campeonato obtenido en el 2007 con Ramón Cabrero como entrenador. “Él y Luis Zubeldía se destacaron por darnos confianza y eso es fundamental”, afirmó. Y destacó el famoso 4 a 1 en Rosario, partido en el cual marcó un golazo, como punto inicial del título: “Después del partido con Central, esa noche cuando volvimos y caminaba por las noches de mi barrio, yo ya sentía que íbamos a ser campeones. Y no podía creerlo, sabía que se nos iba a dar. También tengo un recuerdo muy importante de una charla que tuvimos en el 2007 cuando afuera de la Copa en Brasil, nos dimos cuenta que en dos o tres partidos podíamos estar a tiro”.
Entre sus deudas pendientes como futbolista, en una carrera más que exitosa, el Conde remarcó una muy especial que no pudo darse y que él hubiese querido poder cumplir: “Me hubiese encantado jugar una Final de Libertadores con Lanús y ganarla. En el 2012 teníamos un equipo bárbaro y quedamos afuera por un penal que pegó en el palo. Ahí había un equipo bárbaro, un campeón, o un finalista. Fue una de las pocas veces que lloré en el fútbol. Fue un dolor muy grande. Pero no siempre las cosas pueden darse como uno quiere. La mayoría de las veces no es así en la carrera de un futbolista”.
Por otro lado, Diego reiteró estar siempre muy ligado e identificado con Lanús. Tanto ahora, como cuando era jugador. Por eso, explicó el motivo por el cual nunca se animó a vestir otra camiseta en el país que no sea la del Granate: “Me han llamado Boca, también en Independiente. Pero si volvía iba a ser solo para jugar en Lanús. Porque mi carrera estaba así, en Lanús, en Portland, en lugares donde uno se siente identificado. No me veía en otro club y no lo iba a hacer jamás”.
5 Comentarios
Es un privilegio para los granates haber tenido un caballero del fútbol, excelente jugador y mejor persona. Lamentablemente en su regreso no pudimos o no supimos darle el lugar que merecía. Pero como un señor se fue en silencio. Hemos quedado en deuda con él. Hoy no abundan estos tipos con honor. No sé cómo,en medio de tanta basura del fútbol actual , pero ojalá algún día lo tengamos en el club con algún cargo directivo. Sería una bocanada de aire fresco para la institución
Que glorioso el 4 a 1 en arroyito , despues no podiamos salir porque los barras nos estaban esperando
gracias Diego por todo lo que nos diste siempre estaras en nuestro corazón pelusa y perdona a los dirigentes que te trajeron no saben nada de fútbol hicieron un desastre
Gracias Diego por hacerme tan feliz en ese 2007 a mí y a mí hermano Fabián y al viejo que nos hizo del grana
Valeri es un caballero y fue un jugador fino y de un talento poco común. Es un orgullo para los granates haber tenido un jugador de esas características. Abrazo para Diego