El operativo retorno es una realidad, pero Sebastián Blanco pone el freno de mano para que la expectativa no desborde a los hinchas de Lanús. “Es cierto que nos vamos a juntar cuando vuelve mi representante del exterior. Tengo una muy buena relación con Alejandro (Marón), es un señor con todas las letras. Acá el problema no soy yo, sino los dos años de contrato que me quedan en Ucrania”, admite Chucky en diálogo con Soy Granate (Am 1140), muy prudente ante el interés del Grana por repatriar a uno de sus máximos ídolos: “Vamos a ver qué pasa esta semana. No depende de mí, es una decisión de los dirigentes de mi club. Hay que ver qué quieren ellos. Las ganas están, pero uno es profesional y sabe que tiene un contrato vigente. Hay que ir con calma para que no se genere tanta expectativa”. De vacaciones en Argentina hasta el 10 de enero, el volante campeón con el Granate en el Apertura 2007 cuenta cómo vivió la consagración en la Copa Sudamericana, qué le gustó del equipo de Guillermo, su amistad con el Laucha Acosta y la continuidad en el proyecto futbolístico. Además, Blanco hace un balance de su paso por el Metallist: la adaptación a un país distinto, el nivel del torneo y la posibilidad de pegar el salto a un club más grande de Europa. La nota completa, a continuación.
-¿Cómo fue ver a Lanús campeón de la Sudamericana desde afuera?
Estuve en la cancha el día de la final y pude vivirlo prácticamente desde adentro. Se ve diferente porque uno no puede cambiar nada cuando no juega, pero es lindo igual. Estoy muy feliz por el presente de Lanús.
-¿Qué te gustó del equipo que formó Guillermo?
Lo seguí bastante desde Ucrania. Vi un grupo muy unido, con identidad, que sabía a lo que jugaba. Cualquiera que entraba estaba a la altura y eso también es un mérito del técnico, que le dio la confianza a algunos que no venían siendo titulares en partidos clave de la Copa. Se veía que no se iba a caer.
-¿Hablaste algo con el Laucha Acosta?
Me había reunido unos días antes de la final. Es una persona muy hiperquinética y sé que lo vivió muy ansioso. La habrá pasado realmente mal por quedarse afuera.
-Lo bueno es que pegó la vuelta antes de lo pensado y fue campeón otra vez…
Fue una buena decisión la de volver. Quizás en un principio parecía alocada porque creía que podía pelearla un poco más en el Sevilla. Gracias a Dios le fue muy bien en esta segunda etapa en Lanús. Se nota que se sintió con confianza cerca de la gente que quiere y por momentos se pareció mucho al que jugó en 2007.
-¿Te sorprende ver el crecimiento y la continuidad que convierten a Lanús en un club modelo?
Yo confié siempre en este proyecto. El club viene haciendo las cosas bien hace años y ninguno es imprescindible; uno se va y enseguida viene otro que está a la altura de las circunstancias o aparece algún juvenil. A la larga se ven los frutos y, ante tanta paridad, Lanús está un paso adelante de casi todos los demás. Ahora se viene un año muy intenso con siete torneos, algo histórico para el club.
-¿Cuál es el balance de tu paso por el Metallist?
La adaptación me costó menos de lo que pensaba porque a los pocos meses tuve una lesión importante y volví a Argentina para hacer la recuperación. Eso me ayudó a mentalizarme y ser más fuerte de la cabeza. Cuando regresé a Europa pude vivir mejor. Además tenía a seis compañeros argentinos y otros seis brasileros, un buen número para un equipo extranjero. En la ciudad hay un solo club que es el nuestro, por eso nos hacen sentir el afecto constantemente. Y después está el tema del idioma y el clima, que salvo en invierno no hace tanto frío como se dice.
-¿Es bueno el nivel del torneo en Ucrania?
Sí, el campeonato está en levantada, mejoró bastante desde que llegué. Obviamente hay cuatro o cinco equipos que son los que luchan siempre, tienen un poderío económico que les permite marcar la diferencia con el resto. Nosotros habíamos entrado a la Champions League después de pasar el repechaje pero por unas circunstancias legales nos tocó quedarnos afuera. Fue una lástima.
-¿Soñás con pasar a un equipo más importante de Europa o te seduce la idea de volver a Lanús?
No estaba tan convencido de irme al principio, pero con el tiempo me fui adaptando. Uno quiere siempre un poco más, aunque eso depende también de cada jugador. Algunos no se acostumbran y buscan pegar la vuelta, mientras que otros tienen la idea de dar el salto a una liga mejor. Mi sueño era jugar en Europa y tener un buen paso. Sé que todavía soy joven y que en cualquier momento puede llegar esa chance.
-¿Qué sabés del interés de la dirigencia por repatriarte?
Leí y escuché bastante sobre eso. Tampoco quería hablar para generar falsas expectativas porque, si después la operación no se da, se produce una desilusión en la gente y yo les tengo mucho respeto. Es cierto que nos vamos a juntar. Tengo una muy buena relación con Alejandro (Marón), es señor con todas las letras. Mi representante está en el exterior, pero cuando vuelva seguro se va a reunir para hablar. El problema no soy yo, sino los dos años de contrato que me quedan en Ucrania.
-¿Sos optimista de que se pueda realizar la operación?
Vamos a ver qué pasa esta semana. No depende de mí, es una decisión de los dirigentes de mi club. Hay que ver qué quieren ellos. Las ganas están, pero uno es profesional y sabe que tiene un contrato vigente. Si no me dejan venir no me puedo hacer el loco (Sic), hay compromisos en el medio que uno debe cumplir. Hay que ir con calma para que no se genere tanta expectativa, esto recién empieza y es largo. Me dijeron que podía haber una reunión el lunes. Ojalá se haga lo mejor para cada una de las partes.
-¿Hasta cuándo te quedás en Argentina?
Tengo que volver el 10 de enero para Ucrania, hasta ese día seguramente me quede en el país. Todavía me quedan dos años más de contrato en Europa y debo respetarlos por ahora.
Por Bruno Russo
