El momento futbolístico de Lanús está pasando por una serie de mutaciones, casi en un trance y frente a un dilema que parece no ser pasajero. El cambio de nombres o bajas muy importantes aún no pudieron ser reemplazadas como necesitaba el equipo. Además, el sistema de juego ya no está aceitado como hace un tiempo. Todas cuestiones que dificultan la identidad de juego y la puesta en cancha del once ideal.

Por Cristian Tavoliere. Actualmente, Guillermo utiliza el 4-3-3 con el que obtuvo la Copa Sudamericana, con el que jugó la Recopa y que también le permitió conocer Japón. Pero la pregunta es, ¿se debe seguir apostando al sistema habitual? Y de cambiarlo por un tradicional 4-4-2, ¿quién se hará cargo de la creación de juego?¿Este Lanús está para un juego de tenencia? Para este último dibujo táctico hay dos fichas por apostar que prometen. La presencia de Aguirre en los minutos jugados parece ser la respuesta para el lugar de armador que está vacante, puesto que también podría compartir con Valdez Chamoro, otro que suele ingresar en el complemento.

La anomalía parece residir en el mediocampo y en parte del ataque, ya que la defensa ha levantado su nivel a comparación del Torneo de Transición. A causa de la expulsión de Fritzler ante Unión surge un disparador interesante. ¿Tiene este equipo un sustituto natural para el Polaco? En este particular caso sabemos que Ortiz no es un cinco propiamente dicho, sino que destaca más por el juego colectivo. En cuanto a Ayala, parece estar cada vez más dependiente de su excelsa pegada, dadas las complicaciones que tiene para la marca. En conclusión, la respuesta al planteo sería no.

En la delantera, GBS (ya sin Romero, el goleador del torneo anterior) intenta apostar al desiquilibrio del Laucha Acosta y a la experiencia de Silva, pero igual cuesta convertir. Con el segundo punta hay una rotación entre Melano, que no termina de mostrar su mejor cara, y Junior Benítez, quien venía manteniendo un nivel interesante hasta su lesión con Belgrano. Sólo queda esperar si se sacrifica un atacante por un mediocampista para obtener más concisión en la jugada previa al gol.

Para el próximo trámite frente a Arsenal, si Benítez no está en óptimas condiciones podría versen cuatro volantes de entrada, con Aguirre y Valdez Chamorro juntos. O que simplemente continúe Melano en el lugar de punta, como lo hizo en Santa Fe. Quizás es muy temprano para sacar concluciones porque sólo van tres fechas, pero lo que sí es cierto es que el equipo no termina de despegar, de gustar ni tampoco de disgustar. Se encuentra en stand by, en pausa, con destellos de buen fútbol. Entonces, hay que sentarse y esperar para ver cómo sigue la historia. Mientras tanto, hace falta pensar si ser o no ser. Ésa es la cuestión.