Al ataque. Pereyra Díaz, Blanco y Romero, con chances de irse. |
Se hizo desear, quizás más de la cuenta. Desde el arranque del mercado de pases que su nombre era tema de conversación en Lanús. Pero el momento finalmente llegó: Santiago Silva rubricó el lunes su arribo al equipo de Guillermo y se convirtió en el sexto refuerzo. “Teníamos la obligación de armar un plantel competitivo para afrontar la doble competencia. Estamos muy contentos con los nombres que llegaron y esperemos que se acoplen rápido al grupo”, sostuvo Alejandro Marón en diálogo con Lanús 2000 Radio (Am 860), un par de horas antes de la firma del Pelado. Que también sembró ansiedad en el seno de la CD, por cierto. Tras acordar los números al mediodía con la dirigencia de Boca, el Tanque se presentó a primera hora en Casa Amarilla para retirar sus pertenencias y por la tarde se trasladó hasta Palermo para hacerse la revisión médica. Supervisado por Donato Villani, el ex Banfield la superó con éxito y estaba todo listo para que estampe la firma al contrato que lo unirá por dos temporadas con el Grana (que se puede extender a un tercero de acuerdo a determinados objetivos y partidos jugados en ese período). Lo esperaban cerca de las 19 en la Sede Social, pero el uruguayo de 32 años recién pisó territorio granate pasadas las 21. Por un momento, hasta se especuló con la posibilidad que no se concrete la operación por una pequeña diferencia económica. Algo que se llegó a zanjar a tiempo. Así, la reunión que tuvo lugar ayer en las adyacencias a la Bombonera con directivos xeneizes quedó en un segundo plano. La novela más atrayente del receso invernal ya había terminado y en Lanús se respira un aire cargado de ilusión. “Con la llegada de Silva nos retiramos del mercado”, avisó Marón para descartar gestiones por un marcador central. El plantel está completo y la casa, en orden.