PRIMERO HAY QUE SABER SUFRIR

Lanús no tuvo su mejor noche en Ecuador, perdió 2 a 0 y sufrió hasta el final ante la Universidad Católica, pero consiguió el pasaje a la Segunda Fase de la Copa Sudamericana y eso es motivo de celebración para Zubeldía y compañía. El 3 a 0 en la Fortaleza y la soberbia actuación de Agustín Rossi, quien contuvo un penal, lo hicieron posible. Walter Chalá y Juan Manuel Tévez, desde los 12 pasos, marcaron los goles del conjunto local.

El Grana había conseguido una ventaja en la Fortaleza, que a priori, parecía definir la serie contra la Universidad Católica. El 3 a 0 en casa, y sobre todo la diferencia en cuanto al nivel que hubo entre ambos equipos, daba el indicio de que Zubeldía con un equipo alternativo tenía de sobra para pasar de Fase en la Sudamericana.

Los casi 3 mil metros de altura de Quito, no daban la sensación de su un plus para que los ecuatorianos den temor, y además el DT había tomado sus recaudos cambiando de sistema y poniendo más gente atrás. Y todo venía medianamente bien, hasta que todo empezó a desmoronarse.

Con Acosta y Orsini plantados en campo rival para jugar de contra y al pelotazo, el Grana inquietó y de hecho casi liquida la historia de no ser por la mala puntería del Laucha en la más clara que tuvo, tras pase al medio de Orsini. A los locales no se les caía una sola idea de cómo lastimar o generar peligro. Hasta que Lautaro Valenti, como ya hizo en alguna otra oportunidad, activó al rival y lo hizo meter en partido. ¿Cómo? Saliendo exigido del fondo, cuando no lo ameritaba, perdiendo el balón y permitiendo la Católica marque el 1 a 0, tras una definición mordida de Walter Chalá.

Iban 39 minutos de la primera parte, y como frutillita del postre, a los 48 el propio defensor de Lanús iba a cometer una falta (inexistente) que terminaría siendo señalada dentro del área. Penal, y un mar de dudas y fantasmas para el Grana. Sin embargo, Agustín Rossi evitó la caída de su arco volando contra su palo derecho ante el remate de Diego Armas.

Lo mejor que le podía pasar al conjunto visitante era que termine el juego y comience el complemento. Pero la pesadilla iba a continuar. Apenas tres minutos y un nuevo penal para los locales (esta vez, por infracción de Belluschi). Rossi adivinó, pero no pudo con Juan Manuel Tévez. Y ahora las cosas estaban 2 a 0.

Con la Católica a tiro, Zubeldía adelantó al equipo lo más que pudo, metió variantes pero no logró calmar las aguas. Hasta el final, Lanús tuvo que aguantar con más entrega que otra cosa. Los ecuatorianos siguieron llegando con fluidez al área rival, hasta estrellaron un remate en el travesaño por medio de Chalá, pero no les alcanzó.

La noche para el olvido será olvidada justamente por haber conseguido el objetivo. El pasaje a la Segunda Fase es lo único que importaba. Y se logró. Después será la hora de hablar de las formas.

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