Cuando la conciencia no está tranquila, suele costar el doble poder dormir por las noches. Errores, malas decisiones y también una pisca de mala suerte, suelen perjudicar el sueño. O también, producir tremendas pesadillas, como esta que le toca pasar a Lanús en un campeonato que de irregular ya a pasa a ser malo a pesar de que por ahora no se refleja del todo en la tabla de posiciones (13º, con 15 de los 33 puntos en juego en disputa). Por lo menos, que no sea en vano. Que sirva de algo (aunque poco sirva, o nada, el consuelo de este primer trimestre perdido).

Desde el vamos, algunos detalles no se te pueden escapar a la hora de encarar un torneo novedoso y exageradamente largo como éste. La formación del plantel es fundamental, más allá de la confianza que puedas tenerle a los pibes del club que hace no mucho jugaban en la Cuarta, como Di Renzo o González. Los milagros no existen, o se dan cada tanto. Ante tantas salidas importantes, tales son los casos del Chino Romero, Somoza, el Pulpo González, Marchesín… O mismo tropezar con la misma piedra a la hora de elegir un número 9 sabiendo que Silva hacía rato que pedía pista libre para cambiar de aire (lo buscó Racing, el Corinthians y ¡se terminó yendo con el campeonato empezado!) o no traer algún generador de juego de mitad de cancha hacia adelante, fue pifiarle feo. Es cierto, se lesionó Seba Leto quizá la máxima apuesta Granate en el mercado de pases. Pero aun sabiendo la gravedad de la lesión, y con tiempo a favor ¿Nadie pensó en que este presente podía suceder?

Lesiones pueden tener todos los equipos. Está claro que la racha negativa en ese sentido es nefasta e interminable. Pero si a eso le sumamos expulsiones, o acumulación de amarillas, ¿Qué nos espera? El recambio del que tanto se habla en las conferencias que dan los entrenadores también deben reflejarse en cancha cuando tienen su oportunidad. Y eso, hasta ahora en once fechas, tampoco sucedió. Mucho ruido, pero pocas nueces.

Claro, después se podrá hablar sobre los objetivos y los tiempos para poder conseguirlos. El año es largo, todo puede suceder. En algún momento debe haber transición, claro que sí. Deben surgir otros juveniles y explotar lo que viene asomando. Es cierto. Habrá Copa Argentina, una nueva chance en la Sudamericana, pero… ¿Y lo inmediato? Debería ser mejorar este presente con más dudas que otra cosa cuanto antes. Perder cuatro de cinco, ir de punto en cada choque contra un Grande como hacía rato nunca pasaba es dar pasos hacia atrás. Y gigantes, como los logros que se consiguieron y que también se perdieron en el camino no hace mucho. Habrá que poner el despertador entonces, y despertarse de una buena vez.