Si bien mereció más, el equipo de Zielinski sumó el tercer 0-0 consecutivo y quedó un punto abajo de su rival pensando en la Sudamericana 2025. A Torres le anularon un gol a los 90′ y en la última Losada evitó la derrota. El sábado se viene Banfield.
A esta altura del año, en la recta final de la temporada, cansa hablar de merecimientos. Es cierto, Lanús fue superior a Defensa y Justicia. Generó muchas ocasiones de gol y debió quedarse con el triunfo. Pero en el fútbol mandan los resultados. Y el Granate no ganó. Falló en la definición, convirtió en figura a Bologna y, cuando por fin convirtió, en el minuto 90′, el VAR le anuló el tanto de Jonatan Torres por offside.
En el primer tiempo, el arquero se lució ante un remate a colocar de Marcelino Moreno y una doble atajada a Peña Biafore y Boggio. Y cuando no llegaba, el travesaño lo salvó, ante un cabezazo a quemarropas de Torres.
En la segunda etapa, a su vez, se mantuvo el predominio del Grana, si bien el equipo de Pablo De Muner llegó en una contra que Osorio no pudo concretar. Pero los de Zielinski respondieron, como el disparo cruzado y desviado de Soler al minuto. O el cabezazo del Cali Izquierdoz tras centro-remate de Salvio, que Bologna despejó a puro reflejos sobre la línea.
Pese a terminar la noche lluviosa en cero, sobre el final llegaron las principales emociones. En tiempo cumplido, Lanús convirtió desde un centro perfecto de Marcelino a la cabeza de Torres, quien la ubicaba junto a un palo y provocaba el desahogo en La Fortaleza. Pero… el VAR a cargo de José Carreras llamó a Ramírez y anuló el gol, de manera acertada. El delantero estaba un paso adelante.
El árbitro adicionó cuatro minutos, aunque por esta situación adicionó dos más. Y en el primero de ellos, Defensa tuvo la victoria con un testazo de Luciano Herrera, que exigió una gran atajada de Losada para salvar al Grana de la derrota.
Viendo el vaso medio lleno, Lanús está invicto desde la eliminación en la Sudamericana, con nueve puntos sobre 15 posibles, producto de dos triunfos y tres empates al hilo en cero.
Pero el vaso medio vacío muestra otra cosa: apenas dos ganados de los últimos ¡17 partidos! y todavía afuera de zona de clasificación a copas, sin poder acortar la distancia de una unidad con el Halcón de Varela y a la espera de otros resultados en la fecha 24.
La única verdad es la realidad. La gente reprobó al técnico al grito de “poné a los pibes” y se fue disgustada, más allá del reconocimiento a los jugadores. Es más de lo mismo. Y el margen es cada vez menor. Quedan nueve puntos y se viene el clásico. Ahora, más que nunca, ya no importan los merecimientos. Sólo ganar para cerrar el año lo mejor posible, pensando en un 2025 con competencia internacional.