A los 36 años, y luego de salvar a Cerro de Uruguay del Descenso, Mario Regueiro dijo adios al fútbol y aprovechó para recordar su paso por Lanús. “Creo que fue en donde sacaron más provecho de mí. Fui un año a probar para volver y estuve tres años y medio a buen nivel. Creo que ahí he dejado una imagen buenísima en Argentina. Y me encontré con un club hermoso en lo deportivo, lo social y lo familiar”, afirmó el delantero, quien continúa luchando contra la depresión luego de una serie de problemas familiares que lo afectaron.
SUS NÚMEROS EN EL GRANA. Mario Regueiro disputó 106 partidos oficiales en Lanús entre las temporadas 2010 y 2013. En total, la Hiena acumuló 27 goles y 3 expulsiones.
NACIONAL
“En Nacional quedé bien, quedé bien con la gente, que es lo más importante. Cuando te vas de un club lo importante es quedar bien con la gente. La verdad que es una de las camisetas, con la de Cerro, que más he aprendido a querer. En Nacional viví momentos divinos. Entré muy rápido en la gente. Di lo que tenía que dar. Los dos técnicos que me conocían y sacaron el máximo de mí acá en Uruguay fueron Víctor Púa en la selección y De León en Nacional”.
“Yo cuando tomo decisiones en la vida no me arrepiento porque las tengo pensadas, no las pienso uno o dos días, la vengo pensando desde un tiempo atrás. Y si me equivoco pido perdón, lo he hecho unas cuantas veces en la vida. En ese momento creo que fue lo que sentí, lo que se me pasó por la cabeza y el corazón, y lo hice. Yo tengo muy buenos recuerdos de la selección porque me ha tocado jugar con cracks del fútbol uruguayo y he aprendido de todos los mayores, de Paolo Montero, Darío Silva, Méndez, O’Neill, Magallanes, mismo del Canario (García) que tiene mi edad y aprendés, en su tiempo Fonseca, cuando estaba en las juveniles y fui a la mayor que estaban Sosa, Francescoli. Después cuando empecé a jugar en la selección fue hermoso. La selección me ha dado lo más lindo que le pude dar a un deportista que es jugar un Mundial, así que voy a estar siempre agradecido”.
ESPAÑA
“Mi etapa en España fue hermosa, ese país me dios dos hijos hermosos. En Santander, la primera ciudad que fui, nació mi varón y me enamoré de esa ciudad por el cariño de la gente. Después Valencia me dio la nena. Y Murcia me dio la tranquilidad que necesitaba para volver a jugar después de una lesión de rodilla. Y jugadores, tuve muchos buenos como compañeros, pero creo que Kluivert, el holandés -verlo entrenar, como llevaba la pelota y jugar- fue lo máximo. Te daba gusto verlo hacer esas cosas en la cancha”.
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Felicitaciones a Mario, un gran tipo. Es de esa epoca que soñabamos con un Lanus grande, con planteles de gran jerarquia pero con mala suerte en la hora de las definiciones