LA CABINA 3

El periodista Fernando Babor, conductor del programa televisivo y radial de Lanús 2000, contó cómo vivió la última consagración de su Granate en una nota para la revista Arriba Lanús. La historia de una tarde inolvidable en el Monumental, desde la cabina y para su hijo Alejo en la platea.

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La cabina 3, por Fernando Babor

No era un partido más, ni siquiera una semana más, mucho menos un campeonato más, era el primero en el que Alejo, mi hijo, de seis años recién cumplidos, tenia noción de lo que su Lanús se jugaba.

Los 15 días de espera, con dos partidos de compromiso en el medio nos llenaron de impaciencia, de expectativas y de dudas… a mí; él siempre aseguró que el equipo del laucha iba a ser  el mejor, porque se le había cortado una pulserita donde tuvo que pedir tres deseos y el mas importante era… Lanús Campeón.

Sin saber el resultado final, el padre mucho mas cauto que el hijo, un domingo lluvioso de mayo lo abrazo y le dijo “Hermoso, los partidos hay que jugarlos, si hoy no se puede, en el próximo campeonato hay revancha” me escucho pero no me entendió o tal vez me entendió pero no me escucho. Alejo estaba convencido.

El monumental abría a las 12´y sin embargo diez y media ya estaba en la puerta esperando acceder a “la cabina 3”. Apenas encontré una puerta abierta me mandé, el control no supo que le dije, yo tampoco, la realidad era que con los bolsos de trabajo ya estaba rumbo a nuestro hogar transitorio por algo mas de 8 horas. Ni bien abrí la puerta de la cabina 3 me di cuenta que ese era el sitio en el que un rato después me iba a expresar con una sonrisa enorme o con una lágrima espesa. La ubicación era sensacional, el estadio me entregaba una imagén imponente pero vacío, justamente alli pero 34 años atrás mi familia completa fue testigo de un Lanús – San Lorenzo, un día después del desembarco en Malvinas. Con una gran diferencia, en aquel momento el Babor mas chico no existía y en éste, el Babor mas grande está en el firmamento (enorme mentira, siempre estuvo en la cabina 3).

campeon 2016 hinchada

La organización cambió la disposición de las plateas en la semana, y a los míos en lugar de tenerlos cerca de la cabina, los iba a tener enfrente en la San Martín baja, por lo tanto a Alejo también. Cuando los divisé, nuestra transmi de radio ya estaba desandando las tres horas de previa, preparadas para el gran acontecimiento.

El monitor en la cancha nos mostraba la llegada de los eufóricos hinchas granates a diferencia de los aplacados cuervos que se acercaban al estadio. Sin dudas una señal, nada mas que eso.

El mejor equipo que yo haya visto vistiendo la granate hizo un torneo casi perfecto, había dado todas las materias, le faltaba el final, La Final.

En 5 minutos nos dimos cuenta que la personalidad, la idea de juego, el convencimiento y las ganas de atropellar al rival estaban presentes, éramos mucho mas que el Ciclón y en la medida que fui escuchando los gritos de Bruno (el relator) me fui convenciendo que la gloria estaba cerca. Pero hubo un instante súblime, decisivo en mi interior , donde no pude contener tanta alegría, el gol de Pepé, grite como nunca lo hice en una cabina de transmisión, abrace a todos y las lágrimas no se pudieron aguantar…. Lanús era Campeón.

campeon 2016

El resto es historia conocida y disfrutada, el del Laucha, el final, la vuelta, los 25.000 gritando, la entrega de la copa y un día inolvidable.

Cuando en el Monumental quedaban los papelitos granates dando vuelta, mire la San Martín baja  y pude divisar a ese loco bajito que me había asegurado la alegría, gritando dale campeón, en el mismo momento miré el cielo y  vi el alma de mi viejo volviendo a su lugar de hace 22 años y en ese mismo instante me di cuenta que es tan importante respetar el legado de tu viejo como inculcar el sentimiento en el corazón de tu descendencia.

En la cabina 3 fui feliz.

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