El vínculo de amor entre Lautaro Acosta y Lanús quedará grabado por siempre. Desde el Departamento de Peñas y Filiales lanzaron una campaña para juntar llaves y todo tipo de elementos de bronce con el fin de hacerle una estatua en tamaño real al ídolo multicampeón del Granate. Un suceso histórico para el club.

Por Carlos González. Quizás, nunca se imaginaba un futuro así allá cuando el pequeño Acosta llegaba a Lanús con tan sólo ocho años. El destino le tenía preparado algo que todo futbolista anhela. Y el Laucha, a base de trabajo, humildad y nunca bajar los brazos, se lo ganó en buena ley.

Fue partícipe de cuatro de los cinco títulos que tiene Lanús en su historia -y hasta del quinto se podría decir porque en aquel año, 1996, integraba las inferiores del Granate con tan solo ocho años-. Se fue al exterior y siempre dijo que volvería. Volvió y dijo que iba a ganar más títulos en el Grana. Y cumplió…

En el Monumental y en el Cilindro se vio a un Laucha más hincha/fanático que nunca. Era uno más, cantaba al ritmo de la 14, sentía en sus venas el placer de celebrar un campeonato con la camiseta que ama, con la casaca del club de sus amores. Lo soñó, lo vivió, lo celebró. Y el hincha se lo agradeció, se lo agradece y se lo agradecerá de por vida.

Es por eso que desde el Departamento de Peñas y Filiales lanzaron una campaña para juntar llaves y todo tipo de elementos de bronce con el fin de hacer una estatua en tamaño real de Lautaro Acosta, el máximo emblema de Lanús. Un hecho que quedará por siempre en el corazón de todos los Granates y del mismo ídolo. Simplemente, ¡Gracias, Laucha!