El equipo de Zielinski tuvo una gran muestra de carácter en su visita a Victoria y consiguió tres puntos de oro para soñar bien despierto con la clasificación. Estuvo dos veces abajo del marcador, pero tuvo valentía para darlo vuelta gracias a los goles de Marcelino, Bou y Aguirre. 

¡Victoria, que linda palabra! Y en que momento, ideal para despegar. Lanús volvía a tener una oportunidad más que interesante para meterse de lleno en lo más alto de la tabla de la Zona B y soñar con ser uno de los cuatro que clasifiquen a la etapa final de la Copa de la Liga. Luego de perder en casa frente a Central Córdoba, se veía obligado a salir a ganar en su visita contra Tigre. Y si bien le costó, pudo conseguirlo tras dar vuelta el resultado en dos oportunidades. Fue 3 a 2, que le permite continuar con la onda positiva de este 2024. 

En la primera etapa, con la lluvia como invitada especial, el partido pintaba para ida y vuelta. Armoa tuvo una clara, pero Acosta se hizo enorme a los 5 minutos. Pero el Grana no estaba mal, en ataque insinuaba muchísimo peligro que no terminaron en gol de milagro. Sobre todo la que generó por la banda derecha, que finalizó con un pase atrás de Aguirre que Marcelino no logró definir prácticamente abajo del arco. Sin embargo, la noche empezó a complicarse a los 13′, tras un zapatazo de Cardozo de más de 30 metros, con desvío en Muñoz, el Matador se ponía en ventaja de manera inesperada. Pero Lanús no aflojó. Con el 10 siempre como bandera de cada ataque, fue en varias oportunidades por la igualdad. De hecho, el propio Marcelino tuvo otra chance inmejorable, que falló frente al arco tras una gran asistencia de Bou. Y luego, el propio Bou, tras pase de Peña, definió por encima del travesaño de sobre pique. No quería entrar. Hasta que a los 29′, de un pelotazo de Acosta desde su propia área, el 10 hizo de las suyas. Controló, gambeteó y cruzó su remate con justeza: 1 a 1. Merecido.

Parecía terminar mejor la visita, pero…. en el fútbol argentino hay un problema enorme con los arbitrajes y el VAR. Lo de Tello en cancha y Merlos por medio de una pantalla, dejaron mucho que desear. Penal inexistente de Luciatti a los 37, y nuevo gol de Tigre por Nardelli. Un golpe duro, que pudo costar demasiado.

Pero el entretiempo vino bien. Zileinski los preparó para salir a dar vuelta la historia. Metió mano en el once, y si bien al comienzo parecía dormido, Lanús despertó de golpe y en un abrir y cerrar de ojos lo dio vuelta y se quedó con el triunfo. Primero, tras una excelente jugada colectiva que culminó con una mejor definición de Bou. En una baldosa, se sacó gente de encima y definió fuerte arriba para el 2 a 2 a los 13′. Y luego, con un pase descomunal de Peña Biafore para que Marcelino quede mano a mano con Tagliamonte, quien evitó el gol en primera instancia pero no pudo con el rebote de Aguirre, que con suspenso puso el 3 a 2 a los 18′. Después, fue momento de enfriar un poco el partido. Tigre solo llegó con disparos de media distancia, de Aleman y de Nardelli.