Lo dice Marcelo Herrera en referencia al encuentro del fin de semana frente al Cervecero. El defensor, que continúa afianzándose en el once titular, se mostró contento con la chance que le dio Almirón: “No me considero titular. Me falta mucho para mejorar, el fútbol es partido a partido. Lanús tiene una forma de juego que nos obliga a quedar mano a mano en el fondo y trato de darle confianza a mis compañeros”.
La salida anunciada desde el vamos de Gustavo Gómez se sabía que iba a significar un verdadero cimbronazo para Lanús en líneas generales. El paraguayo atravesaba su mejor momento, y además de referente, se había convertido en un caudillo para la defensa del conjunto de Jorge Almirón. Sin embargo, desde su paso al Milán, el DT se inclinó por apostar con gente de la casa y Marcelo Herrera fue el elegido para tener su chance. El central de 24 años, nacido en Ledesma (Jujuy), luego de debutar allá por el 2013 de la mano de Barros Schelotto, sin lugar en el plantel tuvo que arrancar desde cero y probar suerte en el interior. Primero, defendiendo los colores de Talleres de Córdoba. Y luego, posteriormente, haciendo lo propio en Olimpo de Bahía Blanca. Tanto esfuerzo, valió la pena.
Afianzado en la actualidad junto a Diego Braghieri en la zaga central, Herrera disfruta de la posibilidad pero no se relaja en absoluto. “No me considero titular. Me falta mucho para mejorar, el fútbol es partido a partido. Lanús tiene una forma de juego que nos obliga a quedar mano a mano en el fondo y trato de darle confianza a mis compañeros”, explicó en dialogo con Sentimiento Granate. Y agregó: “Es un orgullo que el técnico me tenga en cuenta y los elogios que pueda recibir de su parte o de la gente en general”.
“Me gusta ir para adelante, por eso a veces se me da de agarrar la lanza y hasta animarme a rematar de media distancia si la situación lo amerita. En la semana me quedo practicando tiro libres después de los entrenamientos”.
Pensando en lo que se viene, Herrera destacó el nivel del último fin de semana ante el Tomba. “Lanus tiene siempre la misma idea, se nos venía negando el gol y apareció. Creo que fue unos de los mejores partidos frente a Godoy Cruz, recuperarla intensidad”, sintetizó el futbolista, quien además opinó sobre el compromiso frente al Cervecero: “El Clásico de Lanús es Banfield no Quilmes, pero el sábado hay que salir a ganarle a Quilmes como sea. Tenemos que salir a ganar en cualquier horario,nos cambia la forma de alimentarnos”.
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Primero que nada, los clásicos deben tener mucha historia. Y el de Quilmes tiene más historia que el de Banfield, que se inventó más o menos, cuando Herrera nacía.
Los clásicos del Grana fueron cambiando porque sus rivales jugaron o juegan muchas temporadas en el ascenso: Talleres RE, Quilmes, y Banfield.
Es asi, Beto. Lo que pasa es que, como bien decis, los chicos de 30 o 35 años, para abajo, nacieron y empezaron a ir a la cancha ya con el invento periodístico del “clásico” por eso ellos lo sienten así. Son cosas que los “viejos” no entendemos bien y así hay otras cosas que van cambiando y los chicos las asimilan porque nacieron con eso, por ej: Un chico de 20 años hincha del rojo de River vió a su equipo en la B, otro chico, pero hincha de Lanús, no. Nosotros vivimos sensaciones completamente diferentes, por eso a veces los chicos exigen más al equipo que nosotros, porque para nosotros esto es la gloria y para ellos, solo el comienzo de historias (seguramente) mucho mejores. Granabrazo!
Es verdad amigo. Pero para eso estamos los que peinamos canas, para mantener viva nuestra rica historia como institución.
Abrazo de gol Granate!
MARCE TE LO MERECES POR TODO LO QUE LUCHASTE,YO LO SE,PARA QUE LLEGUE MOMENTO ESTOY MUY ORGULLOSO.DE VERTE EN CADA ENTRENAMIENTO ESFORZARTE AL MÁXIMO Y NI HABLEMOS EN CADA PARTIDO.
Los futbolistas no tienen que meterse en estas discusiones y hacer este tipo de declaraciones demagogicas para la tribuna. Tienen que respetar a todos los rivales y hablar en la cancha. La discusion de si Quilmes es un clasico o no es para los hinchas. Los futbolistas tienen que concentrarse en entrenar, jugar y ganar. No tiene que hablar de estas cosas porque despues termina jugando en contra.