Daniel Fux decidió alejarse de la Comisión Directiva de Lanús por «problemas personales». Tesorero en las dos gestiones anteriores, el directivo era 4º vocal suplente e integraba la Subcomisión de Fútbol Profesional. Llegó al club en 1989 y vivió desde adentro las tres estrellas que obtuvo el Granate en los últimos 18 años.

Se acabó. Le puso punto final a un vínculo que llevaba casi 25 años de existencia y más de diez como directivo de Lanús. En una decisión inesperada, Daniel Fux presentó la renuncia por «problemas personales y cuestiones laborales», según detalló en la carta que le entregó al presidente Alejandro Marón hace unos días. En ella, el Chavo -así lo conocían todos dentro del club- le agradeció a la actual Comisión Directiva por la oportunidad de participar y aclaró los motivos antes mencionados que lo llevaron a dejar el cargo de 4º vocal suplente que ocupaba, además de integrar la Subcomisión de Fútbol Profesional.

Fux ha sido un apellido de peso e injerencia en el camino de crecimiento institucional que transitó el Granate en las últimas dos décadas. Llegó al club en 1989 como dirigente de fútbol amateur y, después de un breve paso por el Departamento de Prensa, se sumó al equipo de trabajo de tercera división a partir de la llegada de Patricio Hernández como entrenador. Allí permaneció hasta 2003, cuando en diciembre fue promovido como Revisor de Cuentas y miembro de la Subcomisión de Fútbol Profesional. Tras ocupar ese primer cargo como directivo hasta 2006, en las dos gestiones siguientes fue Tesorero en las presidencias de Marón y Nicolás Russo.

Su salida sorprendió a más de uno. Y no es para menos. Quien era vocal suplente unos días atrás vivió desde adentro las consagraciones en la Copa Conmebol 1996, el Torneo Apertura 2007 y la Copa Sudamericana 2013. Los tres máximos logros en la historia de Lanús, que quedarán grabados por siempre en su retina.