Lanús y San Martín aburrieron a todos en Arias y Guidi. Fue un triste 0 a 0 en la Fortaleza con poco para destacar. El conjunto de Almirón no le encuentra la vuelta al torneo local en donde suma un triunfo en los úlitmos seis partidos jugados. El martes, la mira de lleno en la Copa.
El equipo de Almirón parece tener la cabeza en otro lado. Más precisamente en el choque copero del martes, cuando reciba al Zulia de Venezuela en la Fortaleza. Es que si uno se detiene y analiza lo que viene realizando partido a partido en este 2017 es difícil encontrarle una explicación sincera. Tímido, sin ideas, con poco peso ofensivo, escaso aporte de los volantes que deberían ser creadores, y con un sin fin de falencias en defensa. Este Lanús poco tiene que ver con la escencia que introdujo el DT desde su llegada al club y los títulos obtenidos por esa vía.
Ante San Martín, el panorama fue más de lo mismo. A fuego lento, muy lento, el Grana tomó la iniciativa pero le costó horrores incomodar al bueno de Ardente, que cada vez que apareció en escena fue clave. Sin hacer demasiado, el arquero fue la figura de la noche mostrando frialdad en cada una de sus intervenciones. La llave de la primera etapa estuvo en atacar por el lado izquierdo, con un eléctrico Marcelino Moreno que hace todo bien hasta que le toca definir las jugadas. La falta de gol en el habilidoso delantero de Lanús explica el por qué del 0 a 0 rotundo en el marcador.
En el complemento, más decidido en la apertura del marcador, Lanús dejó huecos que el Santo insinuó querer aprovechar pero sin puntería cuando merodeó el arco de Andrada. La más clara la tuvo de tiro libre, pero el arquero respondió de muy buena manera frente a Molina. Del otro lado, Alejandro Silva se mostró en varias oportunidades con mayor protagonismo de mitad de cancha hacia adelante. Pero sin compañía le fue imposible. La pasividad del local, los pases interminables y la falta de sorpresa, hicieron que la noche concluya tal cual había arrancado. Sin goles.
