El equipo de Kudelka tenía todo en contra pero pudo reponerse y en último suspiro, con un hombre menos por la roja de Boggio, consiguió la igualdad por medio de José Sand, de penal. 

No es algo menor conseguir sumar fuera de casa. Es el objetivo inicial a la hora de los por menores que luego pueden suceder a lo largo de 90 minutos en condición de visitante. Y Lanús, en ese sentido, viene sufriendo por demás cada vez que le toca salir de la Fortaleza. Y no es de ahora, claro. Es una deuda pendiente de los últimos años que por ahora no tiene receta ni solución. Por eso, y también por cómo se dio el partido en Avellaneda, el punto vale doble. Tiene muchísimo valor.

Es una prueba de carácter que a este equipo le viene bárbaro por lo que se está jugando. Frente a un grande, con uno menos, no bajar los brazos es de valientes. La noche se puso negra de entrada porque Lanús no salió bien en el Libertadores de América desde el vamos. El Rojo lo acorraló, y para colmo lo embocó rápido. A los 12, Lucas Acosta dio un rebote de esos que no debe dar ningún arquero, al medio. El remate de media distancia no pintaba para complicaciones, pero así es el fútbol. Un descuido, un error, te cuesta caro. Y más si el que se aprovecha de eso es uno de los goleadores del campeonato: Martín Cauteruccio. Todo se derrumbó, y costó. El local se agrandó, jugó bien por las bandas, y generó peligro. Ahí sí, Acosta respondió. Y evitó que la noche se ponga más oscura. Orozco y Felipe tuvieron sus chances también. Pero el 0-1 era lo más justo.

En el complemento, al minuto, todo pudo cambiar. Y cambió, pero en contra. La moneda cayó para el lado del Rojo, y Mastrángelo, sí, otra vez, perjudicó a Lanús. Expulsó a Boggio por simular (cuando el contacto había existido), y dejó el barco a la deriva. Pero no se hundió. El amor por los colores, el orgullo, pudieron más. Daba la sensación que algo había dando vueltas en el ambiente. El local perdió la pelota, con uno más, y se replegó. Y en tiempo cumplido, pasó lo que pasó. Un penal claro, que tardó tantísimo en sancionarse a pesar de existir el VAR, y una definición notable de un histórico que sigue haciendo historia. José Sand, desde los 12 pasos, infalible. Como el punto que tiene olorcito a un poco más.