Los golpes más letales son los que se asestan en los momentos críticos, cuando parece que uno está por perder la vertical y que caerá desplomado sobre la lona, a la espera de la cuenta regresiva. Son manotazos que se dan con rabia, casi sin aire, con la sensación de saber que las cosas no están saliendo, aunque están ahí, al alcance de la mano. Son tan inesperados que sorprenden hasta al que los lanza. Y son los que más se disfrutan, sobre todo cuando sirven para resucitar y recobrar la confianza perdida.
¿Quién iba a pensar que Lanús se pondría de pie gracias a una actuación descollante de Melano? Treinta y cuatro partidos duró la sequía del delantero cordobés, que anoche se descargó con cuatro goles -uno más Messiano que el otro- para dar vuelta un partido complicado contra Godoy Cruz en Mendoza. Y, encima, en una semana convulsionada a causa del conflicto que provocó el alejamiento de Silva. Así es el fútbol: a pocos días de perder al único centrodelantero de oficio del plantel, apareció Lucas para gritar póquer con una mano infalible. Lo que es la confianza, ¿no?
Le guste a quien le guste, o no, la recuperación anímica y futbolística del Granate llegó junto con el cambio de sistema que metió Guillermo. Chau 4-3-3, que en paz descanses. Gracias por todo y nos veremos en otra ocasión. Bienvenido sea este 4-4-2 mentiroso, con Junior arrancando desde más atrás, como cuando lo hacía en la cancha auxiliar del polideportivo en las Inferiores. Claro que ahora con cierto compromiso para retroceder con su marca. No importa que no recupere la pelota, con que haga sombra y ocupe espacios en el mediocampo alcanza.
Ahora dependerá de Lanús que esta goleada histórica gestada como visitante no se quede sólo en eso, en un simple dato estadístico, y que se convierta en el punto de partida para la recuperación definitiva. Habrá que ver qué sucederá frente a un rival que no se inmole defensivamente como lo hizo el Tomba. Por eso será clave repetir contra Gimnasia en La Fortaleza, donde aún no convirtió goles en este campeonato, para ratificar que la resurrección fue un éxito y que no fueron simples espasmos ocasionales. Gritalo con el alma. Volvimos.
