Lo golpeó al inicio y final del primer tiempo con dos goles de Lisandro López, aprovechando la expulsión de Aude a los dos minutos. El equipo de Kudelka mejoró en el complemento y llegó al descuento a través de Café Aguirre, pero se quedó sin nafta en los 15′ finales. Nueva derrota para seguir en el fondo de la tabla.
Maldecido por situaciones insólitas y a veces hasta inexplicables, Lanús demuestra fecha tras fecha que es un equipo frágil emocionalmente y con fallas graves que los rivales le hacen pagar carísimo. Una insana costumbre.
En cinco minutos de su visita poco feliz a Junín, ya tenía todo en contra. Un expulsado y un gol recibido. Al patadón difícil de entender de Julián Aude a los 2′, por contexto y acción de juego, le siguió enseguida una jugada de pizarrón de Sarmiento en un córner pasado, que el inoxidable Lisandro López calzó de volea para el tempranero 1 a 0.
El equipo de Damonte inquietó con un par de cabezazos de Torres, pero después el Granate se acomodó a jugar con uno menos y lo emparejó bastante, sin pasar demasiados sobresaltos. Hasta tuvo el empate con un tiro libre de Café Aguirre, que desvió Anduesa y pasó muy cerca (Merlos dio saque de arco).
Era casi un hecho que Lanús se iba un gol abajo al descanso. Sin embargo, cuando estás de mala racha, no hay con qué darle. A los 47′, en el segundo de los dos minutos adicionados, de un tiro libre ejecutado por el arquero Meza y un doble cabezazo (Torres – Mainero), Licha López volvió a exhibir toda su jerarquía y estampó el 2 a 0 con un fierrazo contra un palo.
¿Merecida semejante desventaja? Quizás no, pero al fútbol se gana con goles y Sarmiento los hizo. Lavado de cerebro mediante en el entretiempo, los dirigidos por Kudelka salieron con otra actitud a jugar el segundo tiempo y la mejora fue considerable. A tal punto que logró arrinconar al Verde y alcanzó el descuento promediando el complemento, con una volea de Aguirre que se desvió en Sauro y descolocó a Meza.
El Grana tuvo la chance para igualar las acciones a los 30′, después de un centro de Café y el anticipo del Laucha Acosta que se perdió desviado. Ahí la visita se quedó sin nafta y los de Damonte pudieron ampliar la ventaja en el final, de no ser por dos notables atajadas de Monetti que poco sirven de consuelo.
Juegue bien, mal o regular, Lanús se acostumbró a perder y no puede salir de una racha adversa que parece interminable. Se viene Independiente y después viaje entre semana a Rosario para visitar a Newell’s, con la necesidad cada vez más imperiosa de sumar puntos para salir del último puesto y no sufrir con los promedios.
Un comentario
Una lastima la verdad no pegamos una ! Saludos desde España aguante el grana