Lo afirma Braian Aguirre, en un mano a mano imperdible con Fortaleza Granate. En un repaso por toda su vida, el lateral derecho que ahora también es volante, nos cuenta sus inicios en el fútbol, cómo llegó al club, el amor y reconocimiento por su familia y sus más deseados sueños en una carrera que recién comienza y promete mucho.
“No me gusta mucho dar notas, je”, se ataja Café. O Cafú, como le decían cuando era chico. Pasado el mediodía, luego de la práctica y post almuerzo, Braian Aguirre se hace presente en la Sala de Prensa del Club Lanús. Sonriente, algo tímido, acepta el mano a mano con Fortaleza Granate. Tiene cara de buen pibe. Se destaca por su humildad en cada respuesta, el amor por su familia (por sobre todas las cosas) y el compromiso por la camiseta. “Soy de hablar poco, siempre fui de bajo perfil”, explica una vez más el chico de 21 años, nacido el 28 de julio del 2000 en Rafael Calzada, lugar donde sigue viviendo y disfrutando sus ratos libres rodeados de su gente más querida. “Tengo seis hermanos. Uno de ellos está en la Octava de Lanús, es Categoría 2007. Juega de cuatro o de extremo. Se llama Gabriel, y anda bien. Es aguerrido como yo, le gusta marcar y mandarse al ataque. Cuando puedo lo voy a ver seguido. También tengo otro, dos años más grande, que juega de marcador central en la Primera de Cañuelas, es 98. Él empezó a jugar de chico y me inspiró a dedicarme a esto. Siempre seguí sus pasos. Por suerte en casa nunca nos faltó nada y siempre nuestros viejos nos apoyaron”, relata con pasión al mencionar a cada integrante de su familia, con quien los une claramente un vínculo muy especial. “Cuando debuté en Primera Me acordé mucho de mis viejos y mis hermanos, todo el esfuerzo que hicieron por mí”, agrega.
Su historia con Lanús es muy reciente, aunque no parezca. Y su pasado, también. Sus condiciones hicieron que Aguirre sea un adelantado y no tenga que estar varios años jugando en Inferiores. Así lo relata, con detalles que valen la pena. “Hice todas las Infantiles en Independiente, y cuando estaba por pasar a Novena me dejaron libre. Estuve un año parado y después vine acá por medio del convenio de Lanús con Victoriano Arenas. Jugué ahí un año y medio, y de ahí pasé a la Quinta de Lanús donde me dirigió Gabriel Medina, un fenómeno. Me ayudó muchísimo. Después pasé a Cuarta, y en medio año ya estaba en Reserva, con Rodrigo Acosta, otra persona muy especial en mi carrera”. Después de eso, de tanto esfuerzo, vino el premio mayor: “No me esperaba pasar a Primera. Me llamaron en pandemia para ir al club a hisoparme y no lo podía creer. Para colmo me tocó debutar en un partidazo, contra San Pablo, y después jugamos en Brasil y metí un gol. Por suerte Luis (Zubeldía) me dio la confianza de jugar tranquilo y mostrarme como yo sabía”, afirma Braian, quien miraba de chico a Cafú pero a la hora de elegir un referente en su carrera decide quedarse con otro brasilero: Dani Alves, justo con quien se enfrentó en su debut en Primera. “Fue increíble jugar contra él, no lo podía creer”, admite.
“¿MI MEJOR VIRTUD? Me gusta mucho la marca, la intensidad. Creo que esa es mi mayor virtud. Me falta mejorar varias cosas, como el cabezazo o estar más tranquilo cuando tengo la pelota. Mejoré mucho el tema de la pegada, Almirón me dijo que cuando tenga la posibilidad no lo dudé. Por suerte entró ante Arsenal”.
A la hora de hablar del presente, Aguirre repite en varias oportunidades que el equipo está mejorando. Claro, el inicio de Jorge Almirón no fue el esperado y él tiene una explicación más que válida. “No se nos dieron los resultados y de a poco ahora estamos mejorando. Creo que nos costó adaptarnos a este nuevo estilo de juego y cometimos errores. Fue duro, pero le agarramos la mano. Nos estamos sintiendo cada vez más cómodos. Hay que tirar para adelante y nunca bajar los brazos”. En el plano personal, jugar más adelantando al principio era visto como algo curioso para el hincha, pero su destacada actuación nada menos que en la Bombonera, cambiaron el parecer de todos. “Jorge me llamó un día y me preguntó cómo me sentía en esa posición, ya habíamos ensayado en algún entrenamiento. La verdad que me siento muy cómodo, todos me ayudan y las cosas están saliendo bien. El hecho de pisar el área me está gustando cada vez un poquito más, je”, concluye. Sí, siempre sonriente y respetuoso.
– ¿Te animas a soñar, Café?
– Claro. Mi sueño es jugar en Europa y en la Selección. Para llegar a eso tengo que seguir entrenando y aprendiendo.