Creo que la personalidad. A medida que se fue armando este equipo, fueron llegando jugadores importantes, con varios campeonatos encima como por ejemplo Somoza, Ortiz y Silva. O mismo el propio Velázquez, que ya estaba acá. Demostró en los momentos claves de la Copa que no tenía miedo a perder, con una delantera brillante y una defensa muy ordenada. Sin ir más lejos, la Final la pudo definir con muchísima facilidad. Es un plantel con jugadores talentosos, varios de ellos jugando a una velocidad superior a la de cualquiera. El que ve un partido de Lanús siempre tiene la sensación de que va a ganar.

Con una gran alegría, por supuesto. Fue un trabajo del día a día. Sólamente los que estamos en el club en el día a día sabemos el valor que tiene esto. Creo que a partir del 2006 la institución hizo un click. La llegada de los Mellizos le hizo muy bien a Lanús, como en su momento lo fue Zubeldía o Schurrer. Nada de lo que se consiguió es casualidad en todo este tiempo. En particular, esta Copa no es poco. Todo lo contrario. Nos viene saliendo todo redondo, hay mucho material y debemos seguir por este camino. Esa es nuestra política. Es una gran satisfacción el presente que Lanús está pasando y por el que va a pasar en un futuro inmediato, no tengo dudas. No hay que olvidarse que el club los últimos tres o cuatro años estuvo peleando campeonatos que no se le dieron por muy poco. Y cuando vos estás ahí, en la lucha constante, a la larga se te dan este tipo de cosas.

Sin dudas. Del 2006 para atrás, Lanús peleaba de mitad de tabla para abajo. Siempre fue así. Y teníamos una calculadora en la mano porque sabíamos que nos podía empezar a molestar el tema del Descenso. Del 2006 en adelante, nunca bajó del quinto puesto y eso fue una de las claves del club. A partir de eso, de esa tranquilidad, empezaron a aparecer los chicos de la Cantera y otros valores importantes que ayudaron a este presente.

Si hay algo que tengo que reconocer de Guillermo es que es un muchacho que derrocha humildad y que trabaja muchísimo para triunfar. Además, tuvo la suerte de tener a dos grandes entrenadores como Griguol y Bianchi, de los mejores a mi parecer. Por otro lado, también ganó muchísimos títulos en su etapa de futbolista… Esas cosas no se aprenden en ninguna escuela de técnicos. Tanto él como Gustavo tienen un techo ilimitado en esta profesión. Esa es la realidad. Son muy capaces, muy pensadores y jóvenes.

Igual que siempre. Somos un equipo chico, humilde, que nunca se la creyó de nada. Mantendremos el mismo camino de los últimos años, siempre tratando de pelear entre los primeros puestos para conseguir más alegrías.

Por Nicolás Gómez Cortés (@Ngomezcortes)