Con gol agónico de Matías Pérez, el Granate se impuso 1-0 en el primer triunfo de la era Kudelka, para cortar una racha de 10 partidos sin alegrías. De los insultos a la euforia, en una tarde repleta de emociones en La Fortaleza.
El fútbol es un estado de ánimo. Naturalmente que sí. Sólo así se explica el vaivén de emociones que se puede vivir en una cancha, separadas por un puñado de minutos. De los insultos y la frustración a la euforia total, en un grito contenido que explotó con el cabezazo de Matías Pérez que se clavó en el ángulo del arco defendido por Alejandro Medina.
Con gol del defensor en el minuto 95′ de partido, Lanús se lo ganó 1-0 en el último suspiro a Arsenal y cantó victoria después de 10 fechas, donde acumuló dos empates y ocho derrotas.
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En un trámite general muy chato y disputado, con pocas llegadas, el Granate siempre fue más. El equipo de Kudelka, con esquema 4-3-3, salió con otra actitud al nivel lamentable que mostró cuatro días atrás en Rosario.
El buen primer tiempo de sus laterales, Café Aguirre y Aude, de regreso en el once inicial tras cumplir sendas suspensiones, le permitió plantarse en campo rival y generar algunas aproximaciones de riesgo. No obstante, la mejor combinación se vio recién a los 34 minutos, con pivoteo de Sand para el remate apenas alto del Toto Belmonte a la carrera.
⚽️🇺🇾 Buena impresión dejó en el hincha de #Lanús 🇱🇻 el ingreso de Luciano Boggio.
¿Qué puntaje le ponen al uruguayo? ¿Se ganó un lugar en el equipo titular? Los leemos 💬👇 pic.twitter.com/JZLTC6zZwQ
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Inofensivo en casi todo el encuentro, el elenco de Madelón únicamente arrimó peligro a través de un centro de Alexander Díaz y el testazo de Kruspzky que tapó Monetti en dos tiempos.
En el complemento, el juego brilló aún más por su ausencia, si bien el Grana mantuvo la postura de ser el protagonista. El ingreso de Boggio le dio algo de frescura y claridad en la generación, aunque le costó encontrar un socio para quebrar el cerrojo defensivo que propuso el Arse. Un giro con derechazo apenas desviado del Pepe había sido la situación más clara, hasta que en el quinto minuto de descuento llegó el córner ejecutado por Orozco y la cabeza salvadora de Mati Pérez para el desahogo que necesitaba todo Lanús. Que sea el envión anímico para la levantada definitiva.