Valdez Chamorro y Astina fueron las figuras de un Lanús ambicioso que no resiente su estructura más allá de los cambios. Conocé un poco más a los dos juveniles surgidos de la cantera que le dieron magia y desequilibrio ante Colón.
Como se dice en la jerga del fútbol, la descocieron. Jugaron para que los mellizos Barros Schelotto tengan en carpeta sus nombres cuando sea necesario. Desfachatados, gambeteadores, encaradores. Todos adjetivos que encajan justo para describir a Valdez Chamorro y Astina, dos gratas apariciones dentro de un renovado Lanús en 2014. Si bien ambos ya habían debutado en Primera, empezaron a tener más continuidad con la doble competencia que viene afrontando el Grana desde fines de enero. Y su rendimiento ha sido óptimo, más que aceptable.
Jorge Vidal Valdez Chamorro nació el 26 de mayo de 1994 en Guernica y llegó para probarse en Lanús a los nueve años. Se destacó en las Inferiores como volante ofensivo y también participó del Sudamericano de Bolivia 2009 con la Selección Argentina Sub 15. Cuando subió a Reserva sobresalió por su capacidad de creación y sobre todo la faceta goleadora, aunque un par de roturas de ligamentos cruzados (en distintas rodillas) lo apartaron más de un año de las canchas. Como premio a nunca bajar los brazos, el 20 de mayo de 2013 tuvo su tan ansiado estreno en la máxima categoría. Fue en Victoria, en el empate sin goles ante Tigre. Dos fechas después ingresó media hora en otro 0 a 0 con Belgrano. Todo hacía suponer que iba a tener más rodaje en el pasado Torneo Inicial, aunque sólo entró sobre el final de dos partidos y fue titular en la igualdad con Boca, donde salió ni bien arrancó el segundo tiempo. Su chance de demostrar se hizo esperar pero finalmente llegó en este campeonato. Chamorro fue de la partida en los últimos cuatro encuentros como local -todos con triunfos del Grana- y también jugó más de 30 minutos en la derrota por la mínima contra Godoy Cruz.
Por su parte, Marcos Astina nació el 21 de enero de 1996 en Glew y realizó todas las divisiones inferiores en el Granate hasta séptima división, en la cual se consagró campeón y además fue goleador con 18 festejos, convirtiendo incluso en el partido decisivo ante Racing en Avellaneda. De pegada prodigiosa y constante llegada al arco rival pese a ser un volante, cuando fue promovido al plantel de Reserva lo adaptaron como extremo, en un puesto más adelantado. Tras su memorable actuación en la obtención del Sudamericano Sub 17 y la presencia en el Mundial que se disputó en Emiratos Árabes, Astina tuvo su debut soñado con apenas 17 años. El 1 de diciembre de 2013, Marcos se dio el lujazo de anotarle un lindo gol a Orión, arquero de Boca, en el empate 2 a 2 en la Fortaleza. Asimismo, en este torneo tuvo otras dos chances de titular. Además del partido con Colón estuvo desde el arranque en la caída 2 a 0 ante Olimpo en Bahía Blanca, donde le anularon un tanto en posición lícita.
