Al igual que en la pretemporada después del amistoso con Racing, Sebastián Leto sufrió un desgarro de seis milímetros en el recto anterior de su pierna derecha. No viaja a Misiones y se pierde los partidos decisivos en los tres frentes. Sólo jugó 80 minutos en sus tres ingresos desde la vuelta a Lanús. ¿Mala suerte o se pudo haber evitado?
Su ausencia en la lista de 20 jugadores que este viernes viajan a Misiones para enfrentar a Crucero del Norte no pareció ser un indicio. Después de ocho meses sin pisar una cancha de manera oficial, Sebastián Leto ingresó en tres partidos consecutivos de Lanús. Y eso suponía un desgaste importante, sin dudas. Los ejercicios diferenciados al resto del grupo se asemejaban, en teoría, más a un descanso que a una lesión.
Leto jugó 80 minutos desde su vuelta a Lanús. Fueron 32′ en el 0 a 0 contra Huracán, 21′ en el 1 a 1 ante Belgrano por Copa Sudamericana y, por último, 27′ en la victoria 1 a 0 sobre Nueva Chicago.
Todas las especulaciones se hicieron a un lado cuando, por la noche, varios rumores indicaban que podía tratarse de un desgarro. Hasta que llegó la confirmación tan temida: una ruptura fibrilar de seis milímetros en el recto anterior de la pierna derecha del Flaco, quien se perderá los partidos decisivos del Granate en los tres frentes. Sí, otro desgarrón. Y las preguntas surgen por decantación. ¿Es sólo mala suerte o se pudo haber evitado? ¿Cómo seguirá su recuperación ahora? ¿Se tomará algún recaudo especial? ¿Acaso alguien llamará a una bruja?
Es el segundo desgarro de Leto en el semestre. El anterior ocurrió el 27 de junio, cuando le convirtió un gol a Racing en el primer amistoso de pretemporada y luego se lesionó. En febrero, ni bien regresó al Granate, había sufrido una fractura de cráneo por un accidente en el gimnasio del club.
En el parte médico del equipo de los Barros Schelotto figuran dos desgarrados más: Denis Stracqualursi (también en el recto derecho) y Matías Ibáñez (de ocho milímetros en el bíceps derecho).
