En un partido parejo, Boca aprovechó un nuevo error de Lanús en pelota parada y gracias al cabezazo solitario de Carlos Izquierdoz, a los 29 del segundo tiempo, se impuso por 1 a 0 en la Bombonera. De esta manera, el equipo de Zubeldía sumó su cuarta caída consecutiva en la Copa de la Liga y quedó a la espera de un milagro para conseguir su clasificación.
Cuando andas de malas, todo cuesta y se sufre más. Por eso, el mínimo detalle en cualquier área termina siendo clave para el desenlace del partido. Y esta, no fue la excepción. Si bien Lanús no brilló, como hace rato viene sucediendo ya, no ligó a la hora de concretar la gran cantidad de situaciones clarísimas para marcar en el arco contrario. Y del otro lado, Morales tuvo buenas intervenciones, pero otra falla defensiva desembocó en otra derrota. Sí, de pelota parada.
Sensaciones encontradas para este Lanús que no logra encontrarle la vuelta a este momento duro que le toca atravesar. Por un lado, una nueva derrota que duele y mucho. El equipo de Zubeldía tenía, hasta hace algunas semanas, la clasificación en el bolsillo. Pero partido a partido, todo se fue disolviendo a tal punto de ahora quedar a la deriva y a la espera de un milagro.
Luis sigue cambiando de nombres, de esquema, de modos, pero no le encuentra la vuelta. En la Bombonera, se retrasó durante los primeros minutos, le dio la pelota al Xeneize y se dedicó a esperar. Le salió bien, ya que Boca se fue poniendo nervioso y perdiendo pelotas en campo propio que le daban chances concretas a Lanús de llegar con peligro al arco de Rossi.
Es cierto, el Grana nunca fue protagonista, pero entendió las formas. No le alcanzó, pero esa es otra historia. ¿El motivo? No acertó al arco, en ocasiones que no suele fallar. Belmonte ni Sand, en posición neta para marcar, afuera. Pero tampoco tuvo suerte: Thaller, con Rossi a mitad de camino, tuvo el 1 a 0, pero sobre la línea salvó Capaldo. Sí, cuando estás de racha todo se hace cuesta arriba.
En el complemento, Boca salió a jugar de otra manera y otra fue la historia en cuestión. Fueron 15 o 20 minutos de asedio permanente de parte del Xeneize, con llegadas y buenas respuestas de Morales para evitar la caída de su arco. Lanús, con errores propios muy marcados y una sensación constante de peligro en contra, por malas entregas, salidas riesgosas y salvo por De la Vega, el mejorcito en líneas generales, dificultades para controlar la pelota y proponer juego. Pero así y todo, pasó el sofocón y salió de la tormenta, mostró signos de recuperación y se metió en partido.
Sin embargo, lo que construyó se derrumbó rápidamente. Primero, por las dos chances que falló en el área rival (¡Belmonte solo abajo del arco la tiró por arriba!). Y luego, por esa inseguridad propia del momento que atraviesa. De un centro pasado, Aude -flojito en esta oportunidad- dudó y se la entregó mal con el pecho a Morales. La pelota, terminó en tiro de esquina. Y de esa pelota parada, el peor enemigo de Lanús en esta racha endemoniada, llegó el gol y la derrota. Pavón le metió, Izquierdoz se anticipó dejando en el camino a Burdisso que llegó demasiado tarde al cruce, y de cabeza dejó sin chances a Morales. 1 a 0, derrota y otro asterisco para Zubeldía y sus jugadores, claro.
Fotos: Pablo Villán