"ME AMARGO CUANDO LLEGO A CASA Y PIENSO CÓMO ESTOY JUGANDO"

Apuntado. Blanco lleva cuatro partidos sin convertir.

En el ojo de la tormenta desde hace unas fechas, Ismael Blanco empezó a ser resistido por su falta de gol y cada vez se le acorta más el margen de error. Consciente de esa situación, el delantero de Lanús fue crítico con su rendimiento y auguró que la suerte cambie a partir de mañana. “Mentiría si digo que no me amargo cuando llego a casa y pienso cómo estoy jugando. Si analizo un poco me doy cuenta que erré varios goles y eso no es lindo para un delantero. Pero todavía quedan once partidos y ojalá que se empiece a abrir el arco. Confío en que voy a tener situaciones y haré lo imposible para convertirlas”, soltó el nueve, que al mismo tiempo aclaró cuál es su mayor deseo: “Lo que más quiero en estos momentos es seguir peleando el torneo. Mientras Lanús sea puntero me pone muy contento igual”. A su vez, el Zorro confesó que “siempre me caractericé por jugar en equipo” y también contó qué le pide Guillermo en la intimidad. “Me exige sacrificio y que presione mucho arriba para no dejar que los defensores rivales salgan jugando con comodidad. También trato de jugar con mis compañeros cuando me llega la pelota, esperando alguna oportunidad de gol que se presente. Estoy tranquilo porque sé que va a llegar en cualquier momento”, se convenció. 

Es el blanco de todas las miradas. No es sólo un juego de palabras con su apellido: el nivel de Ismael deja ver una involución alarmante con el correr de los partidos. Pese a los goles ante Colón y Arsenal, desperdició al menos una chance clara en las primeras fechas, mientras que en los últimos tres encuentros ni siquiera pisó el área rival con peligro. ¿Qué explicación se le puede encontrar a tan bajo rendimiento? “Mentiría si digo que no me amargo cuando llego a casa y pienso cómo estoy jugando. Si analizo un poco me doy cuenta que erré varios goles y eso no es lindo para un delantero. Pero todavía quedan once partidos y ojalá que se empiece a abrir el arco a partir de ahora. Confío en que voy a tener situaciones y haré lo imposible para convertirlas”, se compromete.

“Un delantero siempre espera y desea tener más goles. Yo lo intento, pero a veces no se puede”, apunta el Zungui, tal como lo apodan en el seno del plantel. ¿Cuál puede ser el motivo? “Por ahí los rivales me vienen marcando bien y a veces los compañeros no encuentran el hueco justo para dejarme de cara al gol. No nos olvidemos que el otro equipo también juega y trata de cerrar todos los espacios para que nosotros no podemos entrar con facilidad”, justifica Blanco, quien además se defiende: “Siempre me caractericé por jugar en equipo. Esa es mi manera y trato de cumplir siempre con lo que me pide el técnico”. Y ahonda: “Guillermo me exige sacrificio y que presione mucho arriba para no dejar que los defensores rivales salgan jugando con comodidad. Hay que pelear, a veces no queda otra opción. También trato de jugar con mis compañeros cuando me llega la pelota, esperando alguna oportunidad de gol que se presente. Estoy tranquilo porque sé que va a llegar en cualquier momento”.

Al mismo tiempo, el atacante granate descarta que sus últimos desempeños hayan sido producto del golpe en el tobillo que lo venía teniendo a maltraer. “Ya estoy bien del dolor que tenía. Eso me lo saqué hace rato de la cabeza y estoy entrenando con todo”, cuenta. Dispuesto a desviar la atención por un momento hacia lo grupal, Ismael hace hincapié en la situación de privilegio que engloba al equipo. “Lo que más quiero en estos momentos es seguir peleando el torneo. Mientras Lanús sea puntero me pone muy contento igual”, admite Blanco, quien agrega: Nunca me había pasado de estar primero en un equipo de Argentina y lo quiero disfrutar al máximo. El sábado tenemos una linda prueba para mantener la punta”.



Por Bruno Russo

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