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| PARA DESTACAR. Autocrítico, Marche pidió perdón. |
Siempre que llovió, paró. Y cuando la tormenta pasa, siempre se puede observar el horizonte con mayor claridad. Ese contexto encaja perfecto con lo que le pasó a Agustín Marchesín el lunes en Rosario. Tras el penal sancionado, el 1 se fue de mambo. Protestó por demás, se pasó de la raya y terminó siendo expulsado por Andrés Merlos luego de hacerle gestos al Asistente como que les estaban robando el partido. ¿Conclusión? “Es injustificable lo que hice. Ni bien me sacaron la roja me di cuenta la macana que me había mandado. Dejar al equipo con diez me pareció una falta de respeto a mis compañeros y al técnico que confía en uno. La verdad es que no sé porqué reaccioné de esa manera. Si bien con River pasó más o menos lo mismo, lo del lunes fue algo increíble. Es la primera vez que veo la roja y la verdad es una sensación horrible. No me queda otra que agachar la cabeza y esforzarme más que nunca. Creo que venía haciendo bien las cosas y quizá eso también me da más bronca todavía”, se disculpó el oriundo de San Cayetano en dialogo con Un Buen Momento (La Red AM910).
Desenfocado, fuera de control, el arquero de 25 años llegó incluso a tomar de la camiseta a Merlos, motivo por el cual podría llegar a recibir más de una fecha de suspensión. Todo un tema. Por eso el lamento de Agustín, quien pidió disculpas reiteradas veces con fin de que todo quede en el olvido, en una mala noche y un mal recuerdo. “Ni bien terminó el partido le pedí disculpas a mis compañeros, al cuerpo técnico y fui al vestuario del árbitro porque necesitaba también hablar con él porque le falté el respeto. Los que me conocen saben que no soy una persona que hace lo que hizo. Más que como jugador, uno se siente mal como persona por lo que hizo, que es lo que más vale. No tengo ninguna justificación ni un por qué de lo que hice. La roja, por el gesto que yo le hago, está bien sacada. Y él se comportó muy bien. Fue un segundo, en donde me salió un gesto naturalmente. Uno sabe que el árbitro se puede equivocar en contra o a favor. Yo no creo en la mala intención de nadie en ese sentido”.
Si bien no es la primera vez que Marche había sido advertido por un árbitro por sus constantes reproches (sin ir más lejos pasó algo similar con River), es cierto que nunca había visto la tarjeta roja a lo largo de toda su carrera. También, que todo aquel que se equivoca no siempre tiene la altura para levantar la mano y pedir perdón. En el caso de una de las cartas más altas en cuanto a rendimiento que tiene el Granate, seguramente que todo quedará en una fea anécdota. Al fin y al cabo, de todo lo malo siempre algo se aprende. ¿O no Agus? “Espero que sí, que me sirva para el futuro. Es mi primer roja, nunca me había pasado y me tiene que servir de experiencia. Tiene lo bueno dentro de lo malo, saber que no lo puedo volver hacer, que no puedo ponerme así o protestar porque perjudicó al resto. Y más que nada porque yo no soy así. Todo tiene un límite”.
Por Nicolás Gómez Cortés (@Ngomezcortes)
