En el regreso del público a La Fortaleza en gran número, el equipo de Luis Zubeldía volvió a sonreír. Se lo dio vuelta a Central Córdoba, que se había puesto en ventaja rápidamente por el gol de Leonardo Sequeira, y cortó la racha de dos derrotas al hilo para imponerse por 2 a 1. José Manuel López e Ignacio Malcorra, uno en cada tiempo, los autores de las conquistas Granates. Una alegría necesaria.
Una noche especial no podía tener otro desenlace. La gente lo merecía después de 579 días sin poder ver a su Lanús desde la tribuna por la maldita pandemia. Sí, tanta espera valió la pena, ya que el equipo de Luis Zubeldía reaccionó a tiempo, dejó atrás dos duras derrotas consecutivas y le regaló a sus hinchas un valioso triunfo en La Fortaleza.
Fue 2 a 1, muy laborioso, ante un complicado Central Córdoba que mostró sus armas, pero no le alcanzó para llevarse algo más de Cabrero y Guidi. Así, el Grana se mete de nuevo en la pelea, a tres de la punta, y sumó para reacomodarse en la lucha por entrar a las Copas.
Es cierto, como no podía ser de otra manera, que a Lanús le costó mucho el triunfo. Como siempre. Por errores propios y porque el rival, no importa cuál sea, juega y tiene sus argumentos para dañar. Sin ir más lejos, los santiagueños pegaron de entrada, apenas a los 10 minutos, con un golazo. Pase filtrado, justo y preciso, de Argarañaz y definición exquisita de Sequeira ante la salida de Morales, para el 1 a 0.
Claro que no se puede hablar de merecimientos cuando un partido recién se está armando, pero bien vale la pena destacar la idea de la visita de presionar y tratar de jugar en campo propio. Así fueron los primeros instantes. Hasta que Lanús sacó del bolsillo un gol inesperado, una vez más. Centro de Bernabei desde la mitad de la cancha, desvío y oportunidad para José Manuel López, que no falló. Control y definición al palo más lejano, impecable. 1 a 1.
A partir de allí, el local fue dominado por momentos, pero mucho más peligroso que el Ferroviario cuando atacaba. De hecho, luego del empate, sin mucho, generó un total de cinco jugadas de peligro neto contra el arco del conjunto visitante. Esquivel, de media distancia, Sand, tras un rebote, Morgantini, tiro cruzado, y dos cabezazos clarísimos de López.
En el complemento, Lanús se adelantó unos metros y llegó con más cantidad de gente en ataque, sumando con mayor frecuencia a los laterales. A los 6, de un casi gol de Acosta, terminó salvando en la contra Morales un error de Braghieri que casi se paga muy caro. Luego, fue todo del Granate. Con Bernabei como abanderado por su empuje, de hecho, casi mete un golazo tras una larga corrida, el local empezó a preocupar a Rigamonti con varias llegadas al arco de Central Córdoba.
Centros peligrosos, remates de media distancia y una insistencia constante de buscar el triunfo tuvieron éxitos recién a los 26 minutos. Malcorra sacudió de afuera del área, el arquero visitante no logró desviar del todo su disparo, y el balón entró pidiendo permiso para el 2 a 1, que fue definitorio. Porque por más que Rondina mandó a la cancha a todos los delanteros que tenía en el banco, y que a su vez, le anularon mal un gol al Pepo de la Vega, el final ya estaba escrito.