Miguel Almirón describió lo que está viviendo en el Granate, donde se ganó el lugar de pieza clave en el equipo y fue fundamental en la conquista de ambos títulos. “Ganar dos títulos con Lanús es muy importante en mi carrera”, remarcó el paraguayo, que tuvo un gran gesto de reconocimiento: “Agradezco a Dios, a toda la gente, el técnico y mis compañeros que siempre me están apoyando. Sin ellos no rendiría así como lo estoy haciendo”.

Por Carlos González. Humilde, carismático, respetuoso, siempre con una sonrisa en su rostro, ese es Miguel Almirón. Con 22 años, llegó hace un año a Lanús procedente de Cerro Porteño sin saber de él, y ahora es uno de los más queridos del Granate bicampeón. Trabajó durísimo en cada entrenamiento, se destacó en cada partido. Hoy, la gente corea su nombre a la altura de los ídolos como Acosta y Sand.

“Creo que gana Bolt, o pelea con el Laucha. Yo me quedo por el camino porque me canso, ja!”, soltó la Joya, con su sonrisa característica, en referencia a la jugada del gol, emulando la velocidad del jamaiquino plusmarquista.

Por otro lado, el paraguayo describió –entre mezcla de emoción y alegría- el momento que está atravesando en Lanús: “Es muy grande lo que me está pasando. Agradezco a Dios y a toda la gente, el técnico y mis compañeros que siempre me están apoyando. Sin ellos no rendiría así como lo estoy haciendo”. Y agregó sobre la nueva conquista: “Ganar dos títulos con Lanús es muy importante en mi carrera”.

“El gol fue de todo el equipo. Esa pelota la empujó toda la hinchada, no sólo Brian (Montenegro)”.

Finalmente, Miguel se animó –con cautela- a más: “Vamos paso a paso. No tenemos que conformarnos. Tenemos la Sudamericana y la Libertadores por delante”.