Paolo Goltz (5): no pudo complementarse al nivel de los últimos partidos con Izquierdoz, pero igualmente ganó casi siempre en el mano a mano y los cruces. Tiempista, en el primer tiempo se recostó mucho sobre la derecha para tapar los huecos que dejaba Araujo. De hecho, a los 21 se lució con una salvada providencial cuando a sus espaldas llegaba Velázquez para convertir. Aunque la suerte le jugó una mala pasada a los 32, cuando desvió el remate de Tete González en el área chica y decretó el empate de Belgrano. En la segunda mitad fue un actor de reparto: no lo exigieron tanto porque el rival estaba parado de contra y tampoco dejó su huella en ataque con alguna pelota detenida.
Carlos Izquierdoz (4,5): arrancó en su mejor versión pero de a poco se fue desdibujando y cerró una actuación discreta. Cuando Lanús ganaba se mostró impasable, firme en la marca y atento para hacerle los relevos a Pasquini. Con el correr de los minutos se desordenó el medio y empezaron las desconexiones defensivas, como a los 38, cuando Somoza perdió una pelota en la salida y el Cali quedó mal parado en la carrera de Bueno que terminó en penal. Por su parte, en el complemento se lo vio más inseguro, con un par de decisiones arriesgadas que casi amplian la desventaja. Por un lado, a los 11 se confió y rechazó contra la humanidad de Velázquez, quien estuvo cerca de anotar de carambola. Mientras que a los 28 volvió a pecar de ingenuidad y perdió un balón en el borde del área, aunque esta vez lo salvó Marchesín con una salida rápida.
Nicolás Pasquini (5): mostró dos facetas muy marcadas y disparejas, ya que estuvo endeble en la marca -sobre todo en el primer tiempo- y lúcido para contribuir en ofensiva. En el aspecto defensivo perdió en el duelo con Rigoni, quien lo desbordó cuantas veces quizo. Y también sufrió cuando entró Pittinari. No obstante, su aporte en ataque levantan notablemente su consideración. A los 12 se animó y probó con un remate a la salida de un córner que pasó cerca. Dos minutos después desperdició un tiro libre de mucho peligro al borde del área, que rebotó en la barrera. Su mejor trepada fue a los 33, ni bien empató Belgrano, cuando llegó hasta el fondo de la cancha y le sirvió el gol a Blanco, que increíblemente la tiró afuera. Además de alternar en la ejecución de los tiros libres con Barrientos, en la segunda etapa también exigió con un disparo cruzado que el Zungui no alcanzó a desviar.
Jorge Ortiz (7): redondeó una de sus mejores actuaciones en Lanús y como premio metió el primer gol con la camiseta granate. Fue a los nueve minutos después de un córner a cargo de Barrientos, que rebotó en Silva y cayó donde estaba ubicado el Marciano (dentro del área chica), quien se anticipó a Olave con una barrida de derecha para abrir el partido. Su conquista tapó un desempeño deslucido en el primer tiempo, sin precisión en los pases ni ductilidad para recuperar sin cometer falta. Su imagen mejoró cuando salió Somoza y se adueñó del medio como único volante tapón: pidió siempre la pelota, quitó y hasta llegó un par de veces a posición de remate. A los 21 capturó una pifia de Silva y sacó un latigazo esquinado que controló Olave, mientras que en la última del juego, a los 48, probó sorprender con un tiro que se fue desviado.
Leandro Somoza (4): fue el punto más bajo del equipo. No plasmó la presencia y ubicación que lo caracterizan y perdió muchas pelotas decisivas en el medio. En una de ellas fue anticipado por el Picante Pereyra, quien adelantó demasiado el balón y fue interceptado por Marchesín. Y enseguida dio un pase al cuerpo de Tete González, que le permitió a Bueno escaparse derecho al arco y generar el penal que dio vuelta el resultado. Irreconocible por su falta de precisión, Guillermo optó por sacarlo cuando iban 15 minutos del complemento.
Fernando Barrientos (5): después de un flojo primer tiempo, salió con otra predisposición a la segunda etapa y levantó su nivel a partir de los cambios. Fue el encargado de la pelota parada por la ausencia en el once de Ayala y de un córner que pateó desde la punta derecha llegó el gol de Ortiz. Aunque nunca estuvo fino con la pelota y tampoco fue una rueda de auxilio en el medio para recuperar. Para colmo se durmió y habilitó a Tete González en la jugada del empate de Belgrano. Sin embargo, el volante revirtió su imagen después de la charla de Guillermo. Intentó contagiar a sus compañeros y por momentos se cargó la mochila de la conducción. Aprobado.
Jorge Pereyra Díaz (5): entró muy activo y enchufado, pero de a poco se fue apagando y careció de peso ofensivo en los metros finales. En los primeros minutos generó varias faltas cerca del área de Belgrano con su velocidad y gambeta. La más importante fue a los 13, cuando lo tuvieron que detener con infracción tras una diagonal con apilada de izquierda al centro. Y en la derecha también desequilibró en el momento que Lanús tenía de rodillas a su rival. A medida que avanzó el partido perdió protagonismo y, al igual que Somoza, fue reemplazado a los 15 del segundo tiempo para dejarle su lugar a Acosta.
Santiago Silva (4): está desconocido y lejos del nivel que mostró en gran parte del último semestre. Una constante en los partidos con Caracas, no tuvo peso en el área rival y peleó más de la cuenta con los centrales cordobeses. Además estuvo desconectado del circuito de juego y participó poco en ataque. Su única chance de peligro fue a los 10 minutos del segundo tiempo, con un cabezazo tras un córner de Barrientos que salió a un metro del palo derecho de Olave (a quien hizo amonestar por un pedido para que saque rápido). Rechazó de arriba algunas pelotas detenidas en defensa, aunque de un despeje suyo a los 32 llegó el remate de Farré y el posterior gol en contra de Goltz.
Ismael Blanco (6): si bien desperdició una situación increíble en el primer tiempo, se reivindicó con un golazo de antología para empatar el partido y terminó siendo uno de los puntos más altos del equipo. Se destacó siempre por sus ganas y el empeño para pivotear y ofrecerse como opción de pase. Metió una asistencia deliciosa a los 42 para que Silva convierta en posición lícita, aunque el juez asistente cobró un offside inexistente. Tuvo dos chances desde envíos de Pasquini pero falló en el último toque, sobre todo la del primer tiempo, donde sólo tenía que empujar la pelota a la red y conectó por arriba (en el segundo no llegó a desviar un remate cruzado). De todos modos, el Zungui tuvo revancha a los 30 del complemento y, sin oposición en el camino a Olave, resolvió con una vaselina precisa para igualar las acciones en Córdoba. Y sobre el final tuvo el triunfo en sus pies tras un pase de Acosta, pero definió al cuerpo del arquero y luego no pudo en el rebote.
Lautaro Acosta (6): su ingreso por Pereyra Díaz le cambió la cara al ataque. Jugó unos minutos por el sector derecho hasta que se dio cuenta que podía hacer más daño por izquierda. Fue una pesadilla para Pier Barrios cada vez que lo encaró con su tremenda velocidad. Generó varias avances peligrosos, como la jugada para que Blanco convierta el 3 a 2 de frente a Olave. Además tuvo un remate a las manos del arquero a los 32, en una contra en igualdad numérica donde apostó por la maniobra individual. Muy incisivo y picante.
Víctor Ayala (5): entró por Somoza para reordenar el medio y lo logró. Se estacionó en la banda derecha y provocó varias llegadas a partir de su buena pegada. A los 35, un centro venenoso se cerró con comba hacia adentro y casi sorprende a Olave. Mientras que a los 43 desenfundó un bombazo de frente al arco que salió apenas alto. Además aceleró la jugada del empate con un pase rápido a Blanco después de una salvada de Araujo en el fondo. Cumplió.
Diego González (-): ingresó sobre el final en lugar de Silva para cerrar el partido. Pese a jugar pocos minutos llegó a protagonizar un ataque peligroso con el Laucha Acosta, aunque Lollo lo tapó justo cuando iba a patear.
MIRÁ EL RESUMEN DEL EMPATE 2 A 2 CON BELGRANO:
Por Bruno Russo (@BrunorussoFG)