Inapelable. Regatas barrió 4-0 a Lanús y es nuevo campeón.
Regatas barrió a Lanús, cerró la serie con un inapelable 4-0 y se consagró campeón de la Liga Nacional por primera vez en su historia. El equipo de Nicolás Casalánguida, quien alcanzó la gloria con apenas 34 años, no pudo repetir las producciones anteriores pero igual le sobró para ganar con autoridad en el Antonio Rotili. Los de Silvio Santander, que cerraron la mejor temporada de su historia con el subcampeonato, se lo pudieron llevar sobre el final, pero Laprovíttola falló dos libres tras una falta antideportiva de Gerlero y luego el Granate se derrumbó. Paolo Quinteros fue el MVP de las finales, si bien anoche aportó apenas 8 puntos en lo que fue su actuación más baja de los cuatro partidos. Esta vez se destacaron Federico Kammerichs y Javier Martínez, quienes sumaron 15 anotaciones cada uno. Al tiempo que Adrián Boccia, alero del Grana, fue el máximo goleador de la noche con 19 puntos, seguido por McFarlan (11) y Schattmann (10).
Ese puñado de hinchas correntinos copando el ambiente en el final con sus gritos en el estadio Antonio Rotili eran todo un símbolo. Y sobre el parquet el llanto fue inevitable para Paolo Quinteros, la gran figura de la final, como también para Nicolás Casalánguida, un entrenador que con apenas 34 años alcanza la gloria en la Liga Nacional. Regatas barrió a Lanús 4-0 y se consagró campeón por primera vez en su historia. Y con un equipo para el recuerdo.
En el partido decisivo, Lanús tuvo su chance para ganar. Dos puntos abajo (65-67), Gerlero cometió un error al dar una falta antideportiva. Nicolás Laprovittola tuvo dos libres antes de la reposición. Pero falló. Y el granate se derrumbó. Paolo Quinteros fue a la línea con el aplomo que le faltó al joven base, que es el futuro de la selección argentina. Fue 69-65 el final. Con mucho nervio, pero con un justo campeón.
En el primer cuarto, Regatas pudo -de a poco- llevar el partido hacia dónde más le convenía. Aunque Lanús se mostró más agresivo en el comienzo, el Fantasma aprovechó la presión que recaía sobre el local para sacar partido de cada una de sus pérdidas y explotar cada ocasión que le daban en el juego interno. Aunque los correntinos jugaron tal vez el partido más flojo de la serie, la defensa fue otra vez decisiva. Lanús no pudo llegar a 30 puntos en el primer tiempo en toda la serie.
“Estamos fuertes en el traslado. La clave es pasar la primera línea de ellos, que es muy fuerte”, les aconsejaba Nicolás Casalánguida a sus dirigidos y el equipo cumplió el papel a la perfección. ¿Lanús? Fue diluyéndose progresivamente, sin encontrar la fórmula para controlar al rival.
Las diferencias en favor de Regatas se afirmaron en el segundo parcial. Sin una figura saliente, pero con un correcto trabajo de equipo, se movió mejor y llegó a tomar una diferencia de nueve, que un triple de Schattmann alcanzó a disminuir enseguida. Pero la obligación con la que cargaba el Granate fue demasiado para sus aspiraciones y si al cabo del primer tiempo la ventaja visitante sólo fue de ocho puntos (36-28) fue por la imprecisión de los lanzamientos libres de los litoraleños (llegaron a fallar en cuatro consecutivos). Sólo esa escasa fineza para las ejecuciones mantuvo con vida a Lanús. El bajo goleo y la falta de brillo grupal de Lanús obligaron a Laprovittola y a Boccia a repetirse en individuales, pero no alcanzaron para inquietar seriamente a su rival.
Distinto fue el panorama del tercer cuarto. La mano caliente de Schattmann y un mejor entendimiento de Laprovittola y Mc Farlan con sus compañeros, revirtió el panorama. Por esporádicos momentos, Lanús fue una ráfaga y hasta llegó a ponerse en ventaja (44-43) para entusiasmo de su gente, que recrudeció en su aliento. Pero el juego desparejo empezó a ganar la escena. Los locales volvieron a caer en intermitencias. Regatas no tuvo en Quinteros la vía clara y contundente de los primeros tres juegos, pero al menos quedó al frente en el cierre del tercer parcial (50 a 48).
El cuarto final fue pura emoción. Hubo de todo. Un resultado cambiante, numerosas fallas, desesperados pedidos de minuto y hasta la intemperancia de un hincha que arrojó una botella plástica que derramó líquido en la cancha y motivó un parate de algunos minutos. Al final Regatas tuvo la tranquilidad que le faltó a Lanús para definirlo en la línea de libres. Repatrió a dos históricos de la selección como Quinteros y Kammerichs. Los rodeó de un grupo compacto y ganó el último título que le faltaba. Para cerrar la temporada tal como la imaginó desde el principio. Y lo tiene merecido.
SÍNTESIS DEL PARTIDO:
Lanús (65): Laprovíttola 9, Prato 2, Boccia 19, McFarlan 11 y Battle 9 (FI); Schattmann 10, Martina 3, Pérez 2 y Giorgi 0. DT: Silvio Santander.
Regatas (69): Martínez 15, Quinteros 8, Washam 12, Kammerichs 15 y Calderón 7 (FI); Meyinnse 9, Romano 3, Ferreyra 0 y Gerlero 0. DT: Nicolás Casalánguida.
Parciales: 17-21, 28-36 y 48-50.
Árbitros: Pablo Estévez, Diego Rougier y Rodrigo Castillo.
Estadio: Antonio Rotili. ALGUNAS POSTALES DEL CUARTO PUNTO Y LA CONSAGRACIÓN DE REGATAS
El ídolo y capitán Granate analizó el empate 1-1 entre Lanús y Platense por la fecha 22 de la Liga Profesional de Fútbol. “Nuestro déficit estuvo en no encontrarle la vuelta para entrarles. Ellos estuvieron muy compactos en defensa y nos cerraron bien los espacios, pero creo que aún así llegamos con varios desbordes. Lamentablemente, no pudimos hacer la diferencia”, expresó.
Lo afirma Carlos Izquierdoz, quien se refirió al presente del equipo y lo importante que era poder ganar para seguir escalando puestos en la pelea por ingresar a las Copas internacionales: “Sabemos que tenemos que sumar puntos… Lo veníamos haciendo bien, cortamos una larga racha donde nos venía costando mucho. Hoy, jugando de local, tendríamos que haber ganado los tres puntos”.
Si bien mereció más en el segundo tiempo, el equipo de Zielinski redondeó una discreta actuación e igualó 0-0 contra el Calamar. Argentinos y Defensa ganaron sus partidos y quedaron arriba del Grana pensando en la próxima Sudamericana.