Y el Lanús de Huguito. El lazo que se forjó entre Hugo Alberto Morales y el Granate es inquebrantable. “Me dieron todo, jamás voy a olvidar lo que pasé ahí. Los amo y los llevo en el corazón”, expresó El Diez, uno de los grandes ídolos de la institución.
De los miles de jugadores que lucieron alguna vez la camiseta del Club Atlético Lanús en sus casi 100 años de vida, no todos dejaron una marca imborrable ni un recuerdo tan lindo como lo hizo él. Léase de izquierda a derecha, o a la inversa: fue campeón, iluminó a los hinchas con un talento envidiable, tuvo actuaciones determinantes en partidos importantes y potenció a sus compañeros hasta hacerlos figuras. Pero también convirtió goles: decisivos, sensacionales y emotivos, sobre todo uno que quedó grabado en el imaginario colectivo de todos los Granates y que conmovió a la opinión pública.
Hugo Alberto Morales, de él se trata, es uno de los ídolos más importantes de la historia de la institución del Sur del Gran Buenos Aires, de eso no hay dudas. No todos tuvieron la dicha de ver su fútbol desplegado en el campo de juego, pero sí todos escucharon hablar de él. Actualmente vive en Bella Vista, en el oeste de la Provincia de Corrientes, lugar del que son oriundos sus padres, más allá de que él nació y se crió en La Boca, a una cuadra de La Bombonera. Y a un puñado de días de llegar el Centenario del club, Huguito se refirió a su querido Lanús vía telefónica con Sentimiento Granate.
“La gente de Lanús me dio todo. A la distancia uno sigue al equipo porque fue mi vidriera y me dio el salto para jugar afuera. Jamás me voy a olvidar lo que pasé ahí. No tengo palabras para agradecer el cariño que me dieron. Los amo y los llevo en el corazón”, expresó Moralito. Y agregó: “Hace siete años que vivo acá y en unos meses me recibo de técnico. Además tengo una escuelita de fútbol. Para mí sería un placer trabajar en el club y dirigir alguna categoría. También me gustaría ir a la cancha a ver algunos partidos, pero la realidad es que viajo poco para Buenos Aires. Soy un hincha más y lo sufro a la distancia”.
“Es un momento fantástico del club. Desde la época que me tocó jugar se sabía que Lanús iba a ser un grande como ahora. En el país pelea todos los campeonatos y es cada vez más grande. Y a nivel internacional es un equipo fuerte que se ganó el respeto de todos”.
Morales arribó al Sur a mediados de 1995 por recomendación de Héctor Raúl Cúper. Llegó procedente de Huracán para afrontar el Torneo Apertura y hasta ese entonces fue el pase más caro en la historia de Lanús (costó alrededor de un millón de dólares). Allí se complementó con notables valores de la cantera como Walter Gastón Coyette, Ariel Ibagaza, Juan José Serrizuela, Armando González y Ariel López. Luego de coquetear en más de una oportunidad con el campeonato local sin éxito, el Grana se consagró en la Copa Conmebol de 1996 en el Campín de Bogotá. HM10 no convirtió tantos, pero jugó en seis de los ocho partidos del certamen.
Más allá del título internacional conseguido en Colombia, Hugo es muy recordado por dos festejos que quedaron grabados en la retina de todos los Granates. Uno fue el golazo que le hizo a Ángel Comizzo en el famoso 4-0 a Banfield en La Fortaleza, en la 12ª fecha del Clausura ’96. Y el otro fue el que le convirtió a San Lorenzo en el día de su regreso tras su grave inconveniente de salud. Fue en la noche del 6 de mayo de 1998, por la 15ª fecha del Clausura. Moralito ingresó para disputar los últimos minutos y le dio la victoria a Lanús con un derechazo cruzado a los 93’. Todo el estadio lo ovacionó al borde de las lágrimas y el país enteró habló de él.
“Este semestre le faltó una cuota de suerte. Algunos partidos se le escaparon sobre la hora. Me gusta que los mellizos traten siempre de jugar. Creo que podría haber llegado tranquilamente con chances de ser campeón a la última fecha”.
“Fue un momento especial y difícil de mi vida, lo peor que me pasó. Ese gol fue lo máximo para mí. Igualmente, el que más me acuerdo es el del clásico a Banfield”, expresó El Diez. Y se lamentó por cómo fue su partida de Arias y Guidi: “Me hubiese gustado ganar un torneo local y retirarme con un partido despedida. A veces me arrepiento de no haber hecho un contrato por dos meses y terminar mi carrera en el club. Esta camiseta me dio todo. Me abrió las puertas de la Selección y para jugar en España”.
Huguito Morales fue vendido a mediados de 1999 a Tenerife a cambio de 3.5 millones de dólares. En 2003 regresó a préstamo por seis meses para afrontar el Clausura: en la derrota 4-3 ante River como local, marcó un gol y vio la tarjeta roja. La última vez que se calzó la camiseta granate fue en la noche del 11 de junio de 2008, cuando en La Fortaleza se jugó un amistoso entre Lanús y Talleres de Remedios de Escalada para recaudar fondos para ayudar a la institución vecina. Del encuentro participó Diego Armando Maradona. Como no podía ser de otra manera, Moralito fue ovacionado por el pueblo lanusense, que lo sigue esperando para cuando él quiera volver.
El golazo de Moralito a Banfield
La noche del regreso y el gol agónico a San Lorenzo