El equipo de Kudelka volvió a cometer errores infantiles, y con casi nada, el Guapo se impuso 2 a 0 por los goles de Mouche y Sepúlveda. De esta manera, sumó una nueva derrota que continúa hundiéndolo en la tabla y en la zona de los descensos. Un panorama cada vez más delicado.

Apenas le duró 11 minutos la ilusión. Sí, otra vez. Porque más allá de un comienzo alentador, jugando en campo propio, que de un tiro de esquina a favor, termines sacando del medio porque te agarran mal parado a esta altura es inexplicable Lanús. No hay excusas. Pablo Mouche definió con un zurdazo fuerte arriba, ante la tibia salida de Monetti, y adelantó a Barracas sentenciando prácticamente una nueva tarde para el olvido. No vale la pena mencionar demasiado del encuentro cuando en un abrir y cerrar de ojos, otra vez cometes un nuevo error que culminó en el segundo tanto del Guapo. De un pelotazo largo, y un muy mal cálculo de Café Aguirre, Mouche otra vez hizo daño. Centro al medio, floja resistencia de la defensa y el arquero, y aparición solitaria de Sepúlveda para tan solo empujar el balón al fondo del arco.

Y ahí sí, todo se terminó de derrumbar por completo. El esfuerzo, las ganas (de algunos, muy pocos), quedan en la nada misma cuando no tenes un rumbo definido. Así, Lanús, cada vez se hace más difícil. No hay esquema que valga, no hay cambios técnicos ni tácticos que solucionen esto. Es más de fondo. Es algo que se viene dando fecha tras fecha. Impensado. Sin soluciones verdaderas a la vista. ¿Cómo se llegó a esto? Y lo que parece mucho más complicado de responder. ¿Cómo se va a salir?

Del espejismo de haberle ganado a Arsenal sobre la hora, a estar nuevamente metido en el medio de la tormenta. Último, merecidamente, con apenas 2 triunfos en 18 partidos, un porcentaje de efectividad impresentable (¡20 %!), casi un año sin ganar de visitante, el arco más goleado de la Liga, tres técnicos que no lograron enderezar el barco y un sin fin de equivocaciones que llevaron a que Lanús esté en esta situación. Increíble, pero real.