Adrián Peralta es el primer refuerzo que sumó Instituto para abandonar en seis meses la B Nacional, que en su nuevo formato otorgará diez ascensos. Un logro que el Kily ya consiguió en 2004 con el club cordobés. Llega proveniente de Tristán Suárez, donde retomó la actividad tras haberse retirado del fútbol por una afección cardíaca.
Es un ejemplo de lucha y perseverencia. Su historia de vida, inédita y singular por donde se la mire, escribe un nuevo capítulo. A los 32 años, Adrián Peralta volverá a vestir la camiseta de Instituto. Ésa que defendió entre 2003 y 2005, cuando disputó 68 partidos, convirtió cinco goles y, por sobre todas las cosas, consiguió el ascenso a Primera. Sí, tal como dice Calamaro en uno de sus temas más conocidos, el Kily regresa a la Gloria a diez años de uno de los grandes logros de su carrera. El otro, de mayor trascendencia, fue el del Apertura 2007 con Lanús.
Antes había actuado en Tristán Suárez (debutó en el 2000), Mallorca de España y Newell´s. En medio del plazo de cuatro años que duró su estadía en el Granate, Peralta jugó un semestre a préstamo en Huracán. No obstante, una complicación inesperada lo obligó a retirarse de manera prematura, cuando recién tenía 28 años: en 2010 se le detectó una afección cardíaca y, después de varios estudios médicos, en abril de 2011 tuvo que colgar los botines.
Aunque no fue definitivo, claro está. Acobijado en todo momento por Lanús, el volante zurdo hizo dupla técnica en inferiores con el Tino Ribonetto, compañero de aquel equipo campeón bajo la batuta de Ramón Cabrero. Al tiempo se dio cuenta que no era la suyo. Al menos en ese entonces. Y de tanto insistir tuvo su merecido premio: a fines de 2013, una junta médica de AFA le dio el alta para retomar la actividad. Para volver a vivir… El club que lo contrató fue el Lechero, donde se había iniciado profesionalmente, también en la B Metropolitana.
Ahora, el corazón del Kily late con Gloria. Supo gambetear a los médicos que le indicaban que era mejor que no siguiera jugando al fútbol y hoy tiene revancha en Alta Córdoba. El equipo que dirige Daniel Jiménez aspira a uno de los diez ascensos (cinco por grupo) que otorgará el reducido torneo de la B Nacional en su nuevo formato de seis meses. Instituto integra la Zona A junto con Colón, Argentinos, Ferro, Douglas Haig, San Martín de San Juan, Gimnasia de Jujuy, Boca Unidos, Aldosivi, Nueva Chicago y Guaraní Antonio Franco, de Misiones.