Walter habló luego del gol histórico que hizo para que Lanús le gane sobre la hora a Tigre por 3 a 2. “Vino el centro, me quedó ahí, y la tiré. Gracias a Dios entró”, manifestó el delantero que se llevó una ovación de todo el Estadio. Sabía que alguna me iba a quedar”, agregó.

Se escapaba el partido. Era un 2 a 2 clavado. Cada uno había hecho el mayor esfuerzo para quedarse con los tres puntos. Y si bien, estaba para cualquiera, el reloj marcaba 44 del segundo tiempo ya. Y parecía no había más tiempo para ninguno. Sin embargo, un mago sacó un sombrero de la galera. Y ese fue Walter, al que la gente lo quiere como si lo conociera de toda la vida. Sanabria envió el centro desde la derecha para que Bou la peleé contra el mundo. Un optimista Mateo, WB9 estaba marcado, lejos del arco. Pero sucedió el milagro. Ese que pasa cada tanto. Que solo algunos afortunados pueden vivirlo en vivo y en directo. El goleador, que venía de un desgarro, controló con el pecho afuera del área. Elevó el balón bien alto. Y se animó: metió una pirueta elegante e impactó el balón, que salió bombeado por encima del arquero de Tigre. Y se clavó en el ángulo. De película. Realmente, inolvidable. “La verdad que fue lindo, vistoso para la gente que pudo disfrutarlo. La verdad que estoy muy contento por eso y sobre todo porque ganamos. Uno es delantero, tiene que tener recursos. A veces sale, a veces no. Estoy feliz, disfrutando de estar acá”.

Luego de estar parado por una lesión previa al reinicio del Torneo, Bou volvía esta noche con ganas de continuar lo bueno, buenísimo, que venía haciendo. Y se pasó tres pueblos, je. “Estaba confiado. En la semana les decía a mis compañeros que me iba a quedar alguna para meter el gol. Vino el centro, me quedó ahí, y la tiré. Y la tiré de zurda, porque de derecha no me sale. Gracias a Dios entró”.

Pensando en lo que viene, el 9 cerró: “Nos propusimos ganar de local y lo estamos consiguiendo. Falta conseguir buenos resultados como visitante ahora. Estamos en un buen camino”.