El golpe de haberse escapado la Libertadores en casa dejó secuelas graves en el plantel de Lanús, que mostró severos errores defensivos y poca capacidad de reacción ante Vélez y Chacarita. Ya son cinco los partidos sin poder ganar ni convertir goles en la Superliga. Es hora de parar la pelota y cambiar el chip en enero.
Esa pifia de Gómez. Esa corrida letal de Fernandinho. Esa obra maestra de Luan, con complicidad defensiva. Esa Copa Libertadores que se escapó en una Fortaleza repleta de Granates ilusionados con quedar en la cumbre de América y viajar al Mundial de Clubes.
Pero no pudo ser. Gremio fue superior en la segunda final y, por ende, justo campeón. Ese golpe -inesperado para muchos- caló hondo en el plantel de Lanús, que pedía a gritos el receso para despejar la mente y volver a enfocarse en nuevos objetivos.
En el partido ante Vélez, en la despedida de Almirón, el empate solamente se explica por la ineficacia de los pibes del Fortín en la definición. Anoche, en San Martín, Chacarita aprovechó los groseros errores de una defensa remendada y sin altura ante tantas ausencias (Braghieri, García Guerreño y Herrera, todos afuera por lesión), sumada a la volátil capacidad de reacción después de recibir dos goles en 18 minutos, para darle un duro cachetazo en el debut del Kely Carboni como técnico. El 0-3 frente a uno de los peores equipos del campeonato es el reflejo de un cierre de año necesario y que servirá para calmar el dolor.
Es hora de parar la pelota, barajar y dar de nuevo. Quizás con algunas bajas de cara al 2018, porque el club necesita vender para equilibrar las finanzas y hay varios jugadores en la mira de equipos importantes del exterior. Lo elemental es que el subcampeón de América no puede permitirse extender esta racha negativa de cinco partidos sin ganar ni convertir goles, que lo ubican en el puesto 22 sobre 28 equipos que participan de la Superliga.
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El tiempo curará las heridas. Y a la vuelta de las vacaciones, allá por principios de enero, el cuerpo técnico de Carboni tendrá que trabajar mucho en la cabeza y también en aspectos futbolísticos para que Lanús no pierda ese lugar de privilegio que con tanto esfuerzo se ganó en la última década.
Fotos: Pablo Villán