Lanús se repitió en errores en la Bombonera y recibió cuatro goles que lo convierten en el segundo equipo más vulnerable del campeonato (24 tantos en 15 fechas), sólo por detrás de Aldosivi. ¿Es sólo un problema de los centrales y la última línea o un tema más de fondo? Fortaleza Granate analiza las dos caras tan disímiles del elenco de Zubeldía.
«La defensa de Lanús es lo peor del campeonato. Es la NO defensa. Tiene 23 goles en contra y Boca le puede hacer dos o tres más si se lo propone. Increíble un equipo tan distinto como el granate entre defensa y ataque». La reflexión del reconocido periodista Alejandro Fabbri en su cuenta de Twitter, con el partido 3-1 durante el segundo tiempo en la Bombonera, deja mucha tela para cortar y varios ítems que Fortaleza Granate se propone analizar.
La defensa de Lanús es la peor del campeonato. Es la NO defensa. Tiene 23 goles en contra y Boca le puede hacer dos o tres más si se lo propone. Increíble un equipo tan distinto como el granate entre defensa y ataque.
— Alejandro Fabbri (@ale_fabbri) October 10, 2021
Antes de arrancar, no hay que perder de vista un dato que resulta incuestionable: el Granate es el segundo equipo más goleado del campeonato, con 24 tantos recibidos en 15 fechas. La mitad de ellos, se los marcaron entre apenas tres rivales: River (3), Vélez (5) y Boca (4). Únicamente Aldosivi, con 29 goles en arco propio, lo supera en un torneo con 26 clubes participantes.
Al mismo tiempo, y como dato alentador que explica el todavía cuarto puesto de Lanús en la tabla de posiciones, los dirigidos por Luis Zubeldía se mantienen como el segundo elenco más goleador del certamen: 26 conquistas en total, de las cuales 18 se reparten entre Sand (10) y López (8). Por primera vez en las últimas ocho jornadas, ninguno de los dos convirtió cuando el equipo sí lo hizo; no ocurría desde la visita con derrota 5-1 ante Vélez en Liniers, con descuento del Toto Belmonte. Para Malcorra fue su cuarto festejo con la camiseta del Grana, mientras que Braghieri facturó su primer tanto en este tercer ciclo, el séptimo en el club.
Volviendo al eje central de debate, está a la vista que el Granate tiene un serio problema defensivo. Le llegan demasiado y le anotan mucho. «Todos juegan bien contra nosotros», es una frase que se repite a menudo entre los hinchas que comparten grupos de WhatsApp o comentan en las redes sociales. Hay algo de razón en esa afirmación: los rivales suelen exprimir al máximo las debilidades de Lanús en la marca.
El grueso de las críticas recaen, por lo general, en la dupla de centrales. Burdisso y Braghieri aparecen en el ojo de la tormenta. Es cierto que Thaller venía en levantada cuando le tocó salir del once inicial. Y también es una realidad que Matías Pérez cumplió cada vez que tuvo una chance. Probablemente, alguno de los dos merezca ser el primer zaguero titular, junto a uno de experiencia al lado que pueda potenciarlos y ordenarlos.
A su vez, el Grana sufre horrores por las bandas, sobre todo la izquierda que cubre Bernabei, más capacitado en la faz ofensiva que defensiva. Las espaldas del 25 aparecen siempre muy tentadoras para cualquier equipo, como tomó nota Battaglia quien tuvo recompensa.
Ahora bien, ¿el problema es sólo la última línea o viene por un tema más de fondo? Lanús se repite en errores y marca mal como equipo. Presiona desordenado y a destiempo. Espera y deja jugar. A veces elige ceder pelota e iniciativa al rival, que si tiene volantes de buen pie como Boca, te pinta la cara. No hay mucha ciencia.
«Al incluir un solo volante medio, nos puede llegar a costar recuperar el balón o tenerlo. Eso tiene que ver con el estilo que elegimos actualmente y por momentos parece que estás muy lejos del dominio o del resultado. Pero cuando encontrás esas combinaciones precisas en las progresiones, que hoy (por ayer) se vieron poco, empezás a tener expectativas de un mejor resultado más cerca». Esa fue la explicación de Zubeldía a la consulta de FG sobre lo lejos que estuvo el Granate desde el juego de llevarse algo de la Bombonera, si bien en el cierre tuvo a tiro el empate. Entonces, se trata de una cuestión táctica, por decisión y convencimiento propio del DT. El tema, con el clásico a la vuelta de la esquina, y como siempre dice Luis, será encontrar el equilibrio.
