VENTAJA MILLONARIA

Nacho Scocco le dio la victoria al Millonario cuando faltaban menos de diez minutos en el Monumental. Fue 1 a 0 para los de Gallardo, que si bien ganaron por la mínima merecieron mucho más ante un Lanús que nunca se animó a atacar y se metió tan atrás que lo pudo haber pagado mucho más caro. La revancha definirá quien pase a la Final.

River puso primera y se quedó con el triunfo jugando en su cancha. Por la mínima, es cierto, pero ganó al fin. Fue 1 a 0, gracias al gol de Ignacio Scocco a menos de diez minutos para la finalización del encuentro. En el marco de un encuentro sin demasiadas emociones, terminó siendo merecido que los dirigidos por Marcelo Gallardo saquen al menos esta leve diferencia. La historia será otra, seguramente, en la Fortaleza. Pero eso sí, también menor será el margen de error para un Lanús deslucido y que hizo acordar mucho al que perdió con San Lorenzo como visitante. Ojalá el desenlace, en esta oportunidad, también tenga final feliz.

De entrada, era de esperarse que el Millonario salga a buscar el arco contrario. Y que Lanús, en este contexto, espere. El problema fue que esa modalidad no cambió nunca a lo largo de los 90 minutos. Mucho más si a eso se le suma la escasa precisión del conjunto de Almirón a la hora de elaborar juego. La línea de volantes, salvo Marcone, estuvo desdibujada lo cual perjudicó a los de arriba. River se adelantó, puso nervioso al Granate con el objetivo de que no se sienta cómodo a la hora de hacer correr la pelota, y así de a poco lo fue metiendo en su campo. Sin demasiado peligro, pero siempre al borde de la cornisa. Salvo José Sand, aislado de sus compañeros, el resto siempre estuvo detrás de la línea de la pelota. Apenas una escapada de Acosta hizo despertar de la siesta a Lux que no tuvo tarea en todo el partido.

Cuando parecía que se apagaba, el Millonario con alguna individualidad algo inventaba. Ya sea algún tirito, como así también alguna falta con que pudiera dañar el arco de Andrada a quien cada vez que le tocó participar mostró seguridad (salvo a la hora de jugar con los pies). Con la cancha totalmente inclinada, a tal punto que hasta Pinola se animó de larga distancia (su remate dio en el palo), el gol de River era crónica de una muerte anunciada para Lanús. Martínez lanzó de afuera del área, Andrada dio un rebote que quizá no fue el adecuado, y Scocco no perdonó. Será cuestión de animarse Lanús, al fin y al cabo, la última palabra no está escrita todavía.

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